La rueda

"Puix que parla català...,vegem què ha dit"

JOAQUIM COLL

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La visita del Papa ha dejado ecos profundos que es imposible no comentar, aunque hay que evitar el riesgo de mezclar el impacto estético de la Sagrada Família, del agrado de la mayoría, con el mensaje del jefe de la Iglesia católica. Además, se da un factor añadido: el uso de la lengua catalana por parte del Pontífice ha permitido al nacionalismo conservador intentar hacer pasar por bueno a uno de los vicarios de Cristo más integristas desdeJuan XXIII.Porque, digámoslo sin tapujos, se han escrito crónicas delirantes de esta visita y reflexiones que a uno le dejan boquiabierto. El mundo conservador cree haber logrado un gran triunfo simbólico. Pero también es verdad que la fría acogida que hubo en las calles de la ciudad es la mejor expresión de la Catalunya real. Solo este clima de éxtasis explica que un periodista tan lúcido comoEnric Juliana llegara a escribir que «la España plural -la de verdad- pasa hoy por Roma», anotando que el Credo se cantó en catalán porque es la única versión que aún conserva, a diferencia del latín y del castellano, una referencia explícita a la Iglesia católica, apostólica y romana. Mal que le pese a algunos, en materia de reconocimiento de la diversidad y de organización del poder, la España autonómica y aconfesional va muy por delante de la Iglesia católica y visigótica, que sigue sin reconocer siquiera una región eclesial para Catalunya.

El Papa habló en catalán, muy bien. ¿Y qué? Más impacto mediático y universal tuvoPasqual Maragallcuando inauguró los Juegos Olímpicos también en catalán. O que siendoJoan Closalcalde de Barcelona fuera la primera persona que utilizara nuestra lengua ente la asamblea de las Naciones Unidas. Es cierto que mucho antesPau Casalshabía hablado de Catalunya y denunciado la represión franquista, pero lo hizo en inglés. Frente al tradicional «puix parla català…, Déu li don glòria», prefiero el agudo matiz deJoan Fuster,«vegem què ha dit». Y el Papa dijo, con palabras suaves, lo que ya sabíamos que diría, aunque también dijo otras, como la referencia al laicismo agresivo, que sorprendieron por su mala educación.