LA CLAVE

Puigdemont el cómico

El depuesto 'president' suena como un político superado por la realidad que trata de mantener su discurso como sea

Puigdemont, este martes, antes de la rueda de prensa que ha ofrecido en Bruselas.

Puigdemont, este martes, antes de la rueda de prensa que ha ofrecido en Bruselas. / periodico

JOAN CAÑETE BAYLE

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Una de las peores cosas que le pueden suceder a un líder político es que diga cosas muy serias e importantes y parte de la prensa (y de la población) se las tomen a chirigota. En un contexto de conflicto suele implicar que has perdido y, o bien no lo sabes, o bien te resistes hasta el absurdo a admitirlo.

Mohamed Said al Sahaf personifica este fenómeno. Ministro de Información de Sadam Hussein, en los días que llevaron a la guerra explicaba a la prensa internacional la postura oficial del Gobierno iraquí. A medida que las tropas estadounidenses avanzaban, su negativa a admitir la realidad se tornó delirante. El 7 de abril del 2003 dio una de las ruedas de prensa más esperpénticas que se recuerdan. En una terraza del hotel Palestina, Al Sahaf afirmó: "No hay tropas ni británicas ni americanas en Bagdad". A sus espaldas, al otro lado del Tigris, se apreciaban a simple vista los blindados de EEUU. A la historia Al Sahaf ha pasado con el sobrenombre Ali el Cómico, remedo del temible y temido Ali el Químico.

Político superado

Veo la rueda de prensa de Carles Puigdemont en BruselasCarles Puigdemont , y leo y escucho los crueles chistes que corren por las redes y pienso en Ali el Cómico. De Puigdemont se dice que es un hombre de firmes concepciones independentistas, y este rasgo de carácter, que hace apenas unos días le daba gravitas en sus comparecencias en Palau, en Bruselas juega en su contra. Ya no suena como un líder resoluto, sino como un político superado por la realidad que trata de mantener su discurso como sea.

El problema no es tanto lo que dice (la dura caída diseñada por la Fiscalía carga de razones su crítica a la politización de la justicia, su aviso de qué pasa si vuelven a ganar los independentistas es muy pertinente) sino lo que se ve a su espalda mientras habla: el pérfido 155 termina (en principio) en unas elecciones en dos meses, la inseguridad y falta de libertad que sufren él y los seis consellers parecen no notarla el resto de su Gobierno, la bandera española ondea en la Generalitat porque él no ordenó arriarla. Sí había tanques en Bagdad, no los hay en Barcelona y la vía unilateral a la independencia ha acabado en vía muerta. Bien haría Puigdemont en dejar su parodia en manos de Buenafuente. Lo hace mucho mejor.