Zanahoria

PERE PUIGDOMÈNECH

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Si queremos seguir las recomendaciones dietéticas más actuales hemos de comer ensaladas y uno de sus componentes más frecuentes son las zanahorias. Se pueden comer crudas o cocinadas, son sabrosas y una de las fuentes más importantes de vitamina A. Se acaba de publicar su genoma y nos da alguna clave de los misterios que esconde bajo tierra.

Una de las paradojas de la zanahoria es que el color naranja que tienen responde al alto contenido de sustancias que producen la vitamina A y que denominamos carotenos, un nombre que está relacionado con el nombre de la especie en diferentes lenguas europeas, incluida la Catalunya Nord. Los carotenos protegen las plantas de un exceso de luz, y para nosotros la falta de vitamina A puede producir enfermedades de la vista o de la piel. Lo que es curioso es que lo que comemos de la zanahoria es la raíz que está bajo tierra y por tanto lejos de la luz. La zanahoria, original de Asia Central, tiene una raíz blanca y las primeras que se cultivaron eran blancas o violeta. Las de color naranja empezaron a aparecer en Europa en el siglo XVI. Esta cuestión es una de las que plantea su genoma.

La publicación acaba de aparecer en la revista Nature Genetics y está hecha por un consorcio internacional respaldado por un conjunto de empresas de semillas. Centro de Investigación en Agrigenómica de Bellaterra