La clave

El mal sueño del PSOE

PEDRO  CRISTINA NARBONA SANCHEZ  ICETA

PEDRO CRISTINA NARBONA SANCHEZ ICETA / periodico

JUANCHO DUMALL

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La llamada hecha el sábado por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, a convertir el 21-D en un punto final del 'procés' soberanista catalán, que pasaría a convertirse en «un mal sueño», puede entenderse como consigna para anirmar a los suyos, pero no como análisis político realista. 

El resultado de las elecciones del mes que viene es incierto, porque depende de factores como la participación o el impacto en el electorado de asuntos cruciales como el encarcelamiento de los 'consellers' destituidos y de los Jordis o el deterioro económico y fuga de empresas registrados en las últimas semanas. Pero si algo se puede decir ya es que el soberanismo partidario de una consulta pactada, incluido en este polo a los 'comuns' de Ada Colau y Xavier Domènech, saldrá fuerte de las urnas. 

Y ese, y no la independencia, es el origen del 'procés' que los socialistas viven como una pesadilla. Lo que sí es posible que termine el día posterior a las elecciones es la unilateralidad en las hojas de ruta hacia la independencia exprés. Tras el fiasco de la declaración de la república catalana y la posterior entrada en el limbo del artículo 155, será difícil que las fuerzas políticas soberanistas sigan por un camino que no ha llevado a ninguna parte, más allá del simbolismo y de una página vibrante en la historia de la Catalunya reciente.

Las elecciones abrirán, probablemente, campos de juego diferentes a los tan estrechos de la última legislatura, donde Junts pel Sí y la CUP han marcado el paso sin contemplaciones. Pero el 21-D puede marcar otro hito en la lucha por el derecho a decidir, con la que empezó el 'procés' hace siete años, antes de la hiperventilación del secesionismo.

Golpe en Barcelona

El problema para los socialistas no es tanto superar el ‘procés’, sino prepararse para dar respuesta a una exigencia de consulta pactada, impulsada tal vez por un 'president' de Esquerra y apoyada por una amplia mayoría del Parlament, incluida la formación de Colau.

En ese ambiente, los socialistas catalanes ya se han llevado un revés al ser expulsados este domingo del Gobierno municipal de Barcelona por su apoyo al 155 de Rajoy. Eso también es un mal sueño.