OPINIÓN

Hay que ponerse en la piel de Al Khelaifi

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Albert Guasch

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Las cámaras de televisión cazaron a Al-Khelaifi en una expresión de suma gravedad cuando Neymar se retorcía de dolor por el césped del Parque de los Príncipes. De costumbre taciturno, el presidente catarí del París SG apareció como si se le hubieran secado de golpe unos cuantos pozos de petróleo. Uno no se gasta 222 millones de euros en un futbolista para verlo caminar en muletas. El brasileño se rasgó prácticamente solo el tobillo. Y, por si fuera poco, el quinto metatarsiano se vio afectado por una fisura. Mala suerte y mal diagnóstico de cara a su presencia en la vuelta ante el Madrid del próximo martes en la Champions.

Aguardando plazos, elucubrando sobre el alcance de la lesión, se aventó este martes desde Brasil que el exjugador del Barça planeaba operarse de inmediato, asumir los dos meses de baja y llegar al Mundial de Rusia en las más óptimas condiciones. Sacrificaba así la Champions. En ese momento a muchos aficionados les dio por ponerse en la piel de Al-Khelaifi. Y hasta sentir su presumible amargura.

Simular el esfuerzo

Se dio enseguida por sentado que Neymar priorizaba la canarinha por encima de los intereses del club que le paga tan suntuosamente. El plan médico resultaba creíble. Quizá es una credibilidad injustificada, porque el futbolista no ha abierto la boca y su entrenador, Unai Emery, aseguró ayer que no hay nada decidido sobre curas y plazos. Pero Neymar ha entrado en el centrifugado de la sospecha, pierde en una situación de duda, y se le presupone que siempre mirará primero por sus ambiciones individuales. Tan buen jugador y tantos problemas que atrae. Tantas fiestas, tanto entorno alegre, tantas escapadas han hecho mella en su reputación.

Se diría que es frecuente entre los brasileños a lo largo de la historia cuidar fundamentalmente de sus ganas con la selección. Pero se espera de Neymar ser mínimamente consciente de los 222 millones. Si Al-Khelaifi se rascó tan salvajemente el bolsillo fue para tenerle en citas como la del martes. Posiblemente no esté físicamente preparado y no llegue, la lesión parece seria, pero debería cuanto menos simular que lo intenta por todos los medios.