Prueben esta dieta

Abandonamos septiembre, mes en el que la mayoría hacemos el callado propósito de perder los kilos ganados a pulso durante las vacaciones. Métodos para perder peso los hay a decenas. El más conocido es el de no comer casi nada; sin embargo, de entre las infinitas maneras de adelgazar comiendo, propongo la que hace unos días descubrí frente al televisor.

Tome nota. Siéntense en la mesa ante lo que ustedes consideren que les apetece comer. Ponga las noticias -el primer día no es recomendable que sean las de Telecinco: son demasiado calamitosas-. A mí me fue así: cuando iba a dar el primer bocado, vi horrorizado las imágenes de la barbarie cometida por unos granjeros de Murcia, a los que les ha caído solamente un año de cárcel por torturar y matar cerdos clavándoles espadas y golpeándoles con barras de hierro en la cabeza. En ese momento el hambre con el que afrontaba el primer plato se contrajo un poco.

Seguidamente, y después de llevarme una ramita de brócoli a la boca, las noticias me hablaron de la sentencia del empresario que organizó la fiesta del Madrid Arena en la que murieron cinco jóvenes en el 2012: cuatro años de cárcel. «¡Qué barato sale matar en España!», declaraba uno de los familiares de las víctimas. Ahí remitió aún más el apetito, el estómago se me fue cerrando y comencé a masticar sin ganas.

Hice un esfuerzo, pero antes del siguiente bocado oigo a Miguel Bernad, líder de Manos Limpias, que aseguraba que el Rey emérito le había ofrecido dos millones por retirar la acusación contra la infanta. Aquí ya aparté el plato de mi vista y decidí pasar al postre. Pero, antes de hincarle el diente a la manzana, oigo con estupor que la CUP quería retirar el monumento a Colón por enaltecer la conquista de América.

La dieta fue un éxito. Me levanté de la mesa sin apenas probar bocado, y sin embargo con una asombrosa sensación de hartazgo. Pruébenlo. Funciona.