IDEAS

Prohibido prohibir

Rabelais.

Rabelais. / periodico

XAVIER BRU DE SALA

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Harto de oscurantismo tardomedieval, el doctor Rabelais ideó la mejor de las armas para desacreditarlo, una pareja de gigantes vividores y bebedores, padre e hijo, llamados Gargantúa y Pantagruel. No parece ningún disparate sino todo lo contrario, un consejo apropiadísimo, poner este 2017, tan lleno de espantosos augurios como de malsanas esperanzas, bajo la ejemplar advocación de este par de traviesos. Si no de las aventuras completas, jugosas de todos los jugos habidos y por haber, además de los imaginados, sí de la que corona y concluye el libro de Gargantúa con la edificación de la abadía de los telemitas, la primera y única comuna jocosa de la historia de la humanidad. 

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Recordamos a los reticentes a ingresar en esta orden singular, si es que aún queda alguno en este país, que solo se admite en ella gente de buen ver, buena voluntad y buen provecho, y que los tres votos obligatorios no son de castidad, pobreza y obediencia, sino de casorio honorable (ahora lo llaman amor libre), riqueza y libertad. Tengamos presente también que reina la empatía, de manera que si alguien dice "bebamos", todos beben; si alguien dice "juguemos", todos juegan; si alguien dice "vamos a divertirnos al campo", todos van, etcétera. 

Según Rabelais, "las gentes libres, bien nacidas y de compañías honestas disponen de un acicate instintivo que los impulsa a obrar virtuosamente". Pero en cambio, cuando "por vil sujeción se las somete y esclaviza, desvían aquella noble afección y la utilizan para deshacerse y escaparse de este yugo de esclavitud: aunque siempre emprendemos cosas prohibidas y deseamos aquello qeu nos es denegado". En consecuencia, la regla de los telemitas, fundados pronto hará cinco siglos, solo tiene una cláusula: "haz lo que quieras". 

Feliz 2017 en general, pero aún más a los partidarios del prohibido prohibir y a los que, como el fundador de los telemitas, creen que la riqueza universal, y la particular, se consiguen por decreto de insumisión.