Al contado

¿Presupuestos o programa electoral?

Si le apoyan, el Gobierno podrá marcar perfil progresista y si no, podrá culpar a la oposición de tener que trabajar con unas cuentas restrictivas y vender las suyas como una alternativa

Pedro Sanchez  presidente del Gobierno   y Pablo Iglesias  Podemos  firman acuerdo de Presupuestos

Pedro Sanchez presidente del Gobierno y Pablo Iglesias Podemos firman acuerdo de Presupuestos / periodico

Agustí Sala

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El acuerdo entre el Gobierno de Pedro Sánchez Unidos Podemos es el principio de la elaboración de los Presupuestos del Estado para el 2019. Lo admitió la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tras el consejo de ministros del jueves.  En todo caso afirmó que el proyecto "saldrá de fábrica" logrando casi la cuadratura del círculo: cumpliendo con el déficit y a la vez poniendo el acento en la agenda social. El lunes, tras el consejo de ministros extraordinario previsto antes de remitirlo a Bruselas, lo podremos comprobar.

Conscientes de su reducida representación parlamentaria, los socialistas necesitaban acordar al menos con la otra fuerza de izquierdas del Congreso un esqueleto presupuestario. Se contabilicen solo las cifras del Estado (5.678 millones de ingresos adicionales y 2.082 millones de gasto) o bien la totalidad, es decir, con la Seguridad Social y las autonomías (unos 7.000 millones de ingresos adicionales y unos 5.000 de gastos), han sellado una auténtica declaración programática.

Lo especifica el preámbulo del acuerdo PSOE-Unidos Podemos: "Después de 7 años de recortes asfixia de los Gobiernos de Partido Popular, nuestro país ha retrocedido en igualdad de oportunidades, en cohesión social, en libertades y derechos, en calidad democrática y en convivencia". Y, añade, más adelante: "La moción de censura del pasado mes de junio demostró que era posible sacar al Partido Popular del Gobierno y que hay una mayoría progresista en este país que cree que es hora de revertir todo el daño que se ha propiciado en estos años". Curioso si se tiene en cuenta que entre quienes tienen que apoyar este proyecto está el PNV, que avaló las cuentas del PP, aunque es verdad que introdujo una revalorización de las prestaciones y, de paso, dinamitó la reforma de las pensiones aprobada por los populares en el 2013.

Pero no solo faltan los votos vascos para que haya Presupuestos para el 2019, sino los del PDeCat y ERC, que los pretenden verder caros. Al menos en apariencia. Pero lo cierto es que ante un proyecto con tono social con más recursos para las autonomías, entre ellas Catalunyacomo afirmaba Montero en una entrevista en este diario la semana pasada, deberán esmerarse para argumentar por qué se oponen.

En todo caso, el Gobierno siempre tendrá excusas y argumentos: Si le apoyan en el Congreso, podrá marcar perfil progresista y dejar en evidencia a la derecha si choca con el muro de la mayoría absoluta del PP en el Senado. Y si no logra suficientes avales podrá vender el proyecto presupuestario como un cambio de política económica, más social, vetado por una oposición -ya se encargará de reiterarlo- que le forzará a trabajar con unas cuentas más restrictivas que las que Bruselas le había permitido. Más que un proyecto presupuestario será como un programa electoral, en definitiva.