El día siguiente

'President' Torra

La única vía para tender puentes, recoser relaciones y romper bloques es escuchar a personas que piensen diferente

Quim Torra, en una concentración, el pasado 16 de mayo en la plaza de la Catedral de Barcelona.

Quim Torra, en una concentración, el pasado 16 de mayo en la plaza de la Catedral de Barcelona.

Núria Iceta

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Hace unos meses coincidí con el ahora presidente Torra. Puedo decir sinceramente que me alegré de que estuviera en las listas electorales y hasta le dije que en el Parlament necesitábamos gente como él, pensando en su formación y bonhomía. ¡Una persona que había hecho de la cultura el centro de su vida! Si se le acusa, en el mejor de los casos, de no ser la persona idónea para el cargo, es porque el independentismo entendido como la oportunidad de hacer un país mejor para todos es hoy día de raíz soberanista y popular, lejos de argumentos identitarios.

La legislatura parece que será corta, pero seguimos pervirtiendo las palabras: ni restitución ni supremacismo. La reducción al absurdo de los argumentos para acabar comparándolo ¡incluso con Le Pen! Hace semanas que me pregunto por qué el populismo y el nacionalismo son enfermedades que parece que solo afecten al vecino. Cuando encuentras gente que te dice: "Ya ni sabría por dónde empezar a preguntar" o "lo peor de todos estos meses es que pensaba que era una persona libre y que no me dejaba manipular y me doy cuenta de que no", veo la tristeza instalada como la niebla.

Dan ganas de volver a las calles para hacer un Cuní y gritar: "¡'Prou'! ¡'Prou'! ¡'Prou'!". De sorpresa en sorpresa y todavía no sabemos qué disgusto será el último. Un gobierno de coalición con estrategias políticas manifiestamente diversas, el nombramiento de consejeros que todos sabemos que, tristemente, no podrán ejercer sus funciones y la ausencia flagrante de mujeres. Y mientras tanto... la norma de un 155 sin normas. 'Prou', sí.

Ya imagino la cola de gente que le dice que sabe perfectamente qué hacer. Yo no, 'president'. Yo no tengo ni idea. Es mucho más fácil decir qué no haría que qué haría. Solo le pido una cosa, que es tan urgente en la decisión como lenta en la ejecución. Busque el espacio para escuchar cada día a alguien que no piense como usted, que le pueda hacer de correa de transmisión de otras maneras de ver las cosas, es la única manera que se me ocurre para tender puentes, recoser relaciones y romper los bloques de los relatos. La gestión del día siguiente de la política es eso, ahora mismo.