La crisis y los medios públicos

Por una televisión de todos

TV-3 debe seguir siendo un motor para la industria audiovisual catalana, hoy en momentos difíciles

RAIMON MASLLORENS

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Tenemos una de las mejores televisiones de Europa. Nos podemos sentir orgullosos de eso. Hace años que por cuestiones de trabajo viajo y conozco el panorama televisivo, y he podido constatar que en calidad y contenidos estamos en vanguardia. Además, hay que tener en cuenta que somos un país pequeño y, en comparación con otros más grandes y con más medios, no tenemos nada que envidiarles. TV-3 ha sido líder en términos de audiencia (ahora mismo está bastantes puntos por encima de sus seguidoras), y en su historia ha obtenido multitud de premios y reconocimientos a nivel internacional.

Últimamente hemos oído voces que dicen que TV-3 es cara para el contribuyente, y no es cierto: el coste que nos supone nuestra televisión es de 29 euros por año y habitante, muy por debajo de lo que sucede en otras autonomías (vascos, gallegos y aragoneses) y aún más si se compara con televisiones públicas de otros países europeos. Teniendo en cuenta que TV-3 es el único canal autonómico que es líder indiscutible en su territorio, y la relación entre lo que nos cuesta a cada ciudadano y el uso que de ella hacemos, más la ayuda a la normalización de nuestro idioma, esta cifra está más que justificada.

Ahora se habla de un nuevo recorte en TV-3, y sus responsables están viendo cuál es la mejor manera de enfocar el problema. No lo tienen nada fácil. A partir de cierto punto no se puede rebajar un presupuesto sin que eso afecte directamente a la calidad de un producto. Ha costado muchos años construir esta televisión líder, y poco costaría que dejase de ser ese referente del que hablamos.

Como tantos otros sectores de nuestro país, los productores independientes de contenidos audiovisuales pasamos por un momento muy difícil. Las televisiones, nuestros principales clientes, llevan unos años reduciendo sus presupuestos. En nuestra condición de empresarios entendemos perfectamente el escaso margen de maniobra que tiene la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals. Sabemos que, como tantos otros organismos oficiales, hace lo imposible para cuadrar unos presupuestos que no paran de bajar. Y vaya por delante que también entendemos perfectamente el sentimiento de la plantilla de TV-3 y Catalunya Ràdio, que ve que su sueldo puede quedar muy reducido o incluso ve amenazado su trabajo. Y no hace falta decir que hay grandes profesionales entre esta gente.

El hecho, sin embargo, es que en los últimos tres años Televisió de Catalunya ya ha reducido a la mitad el presupuesto destinado a contratar la creación de contenidos de nuestras productoras. Nosotros somos los responsables del cine y de una buena parte de los contenidos televisivos que se hacen. Es decir, también formamos parte de la televisión pública catalana. Aun así, nuestros márgenes y el volumen de trabajo han sufrido ya una disminución el último trienio, difícilmente asumible por una industria que está en horas muy bajas. Queremos alertar de que somos el escalón más débil. De que hay un montón de empresas que están cerrando y muchas otras en una verdadera situación límite. No se trata solo de productoras: el sector audiovisual comprende empresas de sonido, de alquiler de material diverso, etcétera, y muchos técnicos y actores. Según un estudio de la Taula d'Entitats pel Foment del Sector Audiovisual a Catalunya, el sector privado audiovisual aglutina a más de 10.000 personas, y los últimos años hemos tenido que hacer serias reducciones salariales y ajustes de plantillas. Si sigue disminuyendo la inversión en el sector independiente, que también es el responsable de una parte de la ficción y de los programas que emite nuestra televisión, será una amenaza de muerte para nuestro sector, y probablemente bajará muy sustancialmente la calidad de esta televisión.

No pedimos nada fuera de lugar. Todas las televisiones encargan una parte importante de su producción a empresas privadas. Suelen ser productos más baratos, y al ser empresas más pequeñas pueden ganar en eficacia a la hora de responder a las necesidades de un sector extremadamente dinámico. Hemos aprendido a adaptarnos a las necesidades de cada producto. Compramos y desarrollamos ideas constantemente para ofrecer los mejores contenidos.

TV-3 ha sido y debe seguir siendo un motor para la industria audiovisual catalana; de hecho, esto ya consta en sus pactos fundacionales. Y pedimos que se nos considere parte de esta televisión pública que todos defendemos. Un país como es debido, que aspira a convertirse en algo más, necesita invertir en sus propios contenidos y en su industria. Ya hace tiempo que el esloganLa teva hizo fortuna entre nosotros, y esto también ha sido gracias al equilibrio de contar con todo el talento de nuestro país. Productor.