Dos miradas

Pompa de los 50

Me hubiera gustado ver en vídeo el 'making off' del otro discurso de Felipe VI cuando, con los puños cerrados, la mirada fiera y el tono adusto, entonó la versión institucional del exaltado «a por ellos»

JOSEP MARIA FONALLERAS

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Este martes, el Rey de España cumple 50 años y lo celebra por todo lo alto. Es decir, con la pompa monárquica que toca (el Toisón de Oro para la heredera, para dejar constancia de la continuidad de la especie) y con la pompa que no lo parece, la de los gestos cotidianos (que acercan al monarca a sus súbditos). Como dice '¡Hola!', que es el sitio donde he visto las fotos familiares y el vídeo de la sopa que nadie sabe de qué sopa se trata, «cuando se reúne con sus mujeres es un marido y un padre más, que observa con ojos llenos de cariño a sus chicas».

Enric Gomà ha dicho en Twitter que «parece que vivan en un hostal», después de observar como la niña pequeña se quema los labios porque prueba la sopa con una cierta dosis de imprudencia. Pero después, si te fijas, ves la cubertería y te das cuenta de que ni los platos de sopa ni las cucharas son de hostal

Detalles simpáticos de las escenas familiares, como los «masajitos» que le hacen al Rey al «cuellito» mientras está grabando el discurso de Navidad, aquel en el que «España» sobresalía en medio de la nube de palabras con contundencia patriótica. Las comillas son porque ellos hablan así, que es una manera muy casera y relajada de hablar.

Me hubiera gustado ver el 'making off' del otro discurso, el del 3 de octubre, cuando, con los puños cerrados, la mirada fiera y el tono adusto, Felipe VI entonaba la versión institucional del exaltado «a por ellos»«a por ellos». Esa noche, las niñas tal vez ya dormían.