Podemos, un problema de "confianza"

Tan grave como elaborar listas negras de periodistas desafectos es el silencio cómplice de quienes solo abanderan el pluralismo en su propio beneficio

Abrazo entre Pablo Iglesias e Irene Montero

Abrazo entre Pablo Iglesias e Irene Montero / periodico

ENRIC HERNÀNDEZ

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Presume Podemos, no sin razón, de haber diagnosticado antes que los partidos tradicionales los males de la democracia española. Lo que no está tan claro es que Pablo Iglesias e Irene Montero estén empleando su innegable capacidad analítica para diseccionar los males que aquejan a su propio partido, los mismos que en las urnas, pese a la estratégica alianza con IU, le negaron la hegemonía de la izquierda.

La secretaria de Participación, Noelia Vera, pretextó que se trataba de un desayuno "privado", pese a que congregó a unas 30 personas, y atribuyó el veto a estos seis informadores a un problema de "confianza", a "encuentros y desencuentros" que no quiso especificar. Aclaró, eso sí, que los periodistas son libres de recabar información "en los pasillos y en la cafetería" del Congreso, espacios públicos en los que, se infiere, Podemos carece de poder de veto.

UNA ÓPTICA GREGARIA

La amonestación de la Asociación de la Prensa de Madrid por acosar a periodistas no ha hecho mella en los podemistas. Si antes los intimidaban o presionaban a sus superiores, ahora señalan públicamente a los periodistas desafectos, dispensándoles peor trato que a aquellos que, desde una óptica gregaria, informan a su plena satisfacción. La intolerancia a la discrepancia sí que es motivo de desconfianza.   

Tan grave como elaborar listas negras es el silencio cómplice de ciertos medios a salvo de la quema, con honrosas excepciones. Los periodistas que se envuelven en la bandera de la libertad y el pluralismo cuando pierden una tertulia deberían tener el coraje de hacer lo propio en defensa de la profesión en su conjunto.