Análisis

Podem Catalunya: pata de palo

El desdoblamiento del liderazgo de Xavier Domènech supone la liquidación de la hipótesis Podemos en Catalunya

Catalunya En Comú-Podem

Catalunya En Comú-Podem / sb

ANTONIO GÓMEZ VILLAR

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Xavier Domènech, líder de los 'comunes', se ha convertido en el nuevo secretario general de Podem Catalunya, después de que junto a su candidatura, 'Amb tu, més Podem', se impusiera en las primarias al consejo ciudadano catalán. En el periodo de tiempo que va desde aquel 21 de diciembre del 2014, día en que Pablo Iglesias llena el pabellón deportivo de Vall d’Hebron de Barcelona, con un aforo para 4.000 personas, hasta la reciente elección de Domènech como secretario general, ha tenido lugar la liquidación de la hipótesis Podemos en Catalunya, la imposibilidad de dar cuerpo al acontecimiento que supuso las elecciones europeas en mayo del 2014.

Aquel mitin nos mostró que había condiciones para trabajar una sensibilidad que pudiera articular una mayoría social en Catalunya. Esta nueva sensibilidad popular quería encontrar sus relatos, buscaba un soporte simbólico, afectivo y mítico que garantizara la escena de ruptura democrática también en Catalunya, enhebrando pasiones, identidades y voluntades colectivas. Lo importante de aquel mitin no fueron las palabras de Pablo Iglesias, no importaba tanto su poesía, sino las poéticas que se estaban tejiendo.

Luego de aquel mitin, las elecciones municipales de mayo del 2015 y las estatales de diciembre de ese mismo año (no así las autonómicas) mostraron la potencia, al tiempo que la necesidad, de consolidar un espacio confluyente en Catalunya. Las confluencias se articularon como una suerte de mesa con tres patas. Una primera pata la constituía un espacio político con largo recorrido, el de ICV-EUiA, que si bien durante años había sido una formación política reducida a la subalternidad, contentándose con gestionar la derrota histórica del PSUC, el modo en que años atrás rompió con algunos tabús moralistas e ideológicos de la izquierda clásica, le dotaron de la flexibilidad y el realismo político necesario para sumarse a una confluencia de la que dependía su propia supervivencia.

Cuadros y saberes

ICV-EUiA aportó cuadros y saberes técnicos muy valiosos, además de representar una composición social muy concreta, del todo necesaria para un proyecto que pretendía articular una mayoría social. La segunda pata la constituía el mundo activista de Barcelona. Notables del activismo que procedían de importantes movimientos sociales, que durante años se habían mantenido en los márgenes menguantes de la forma-Estado, dieron cuerpo político y músculo militante a la confluencia.

La tercera pata es la más compleja, Podem Catalunya. El mitin de Pablo Iglesias en la Vall d’Hebron señaló la necesidad de articular una realidad plebeya que disputase los grandes caladeros de votos del PSC, diluidos año tras años en la abstención. Si Podem Catalunya hubiese tenido la altura política para atravesar esa realidad plebeya, metropolitana y periférica, las cosas hoy serían muy diferentes.

Las elecciones municipales y estatales del 2015, crearon una ilusión: se sobredimensionó el municipalismo como hipótesis prioritaria, imposibilitando ver lo que las elecciones europeas habían provocado, la alteración de los alineamientos políticos. Desde diferentes espacios, los más vinculados al activismo y a la izquierda clásica, en no pocas ocasiones minusvaloraron la importancia que han tenido los liderazgos y los procesos de identificación en el ciclo electoral que arrancara en el 2014.

La figura de Ada Colau

Tampoco se ha valorado justamente lo que supuso la figura de Ada Colau, un liderazgo capaz no solo de coser una confluencia interna (pacto entre élites) sino de dar cuerpo a un espacio político que se componía desde las diferencias, que percibía lo múltiple y que convivía con articulaciones transversales y complejas. No fue casual la dimensión viral y desbordante que tuvo la canción de la campaña electoral de Barcelona en Comú en las elecciones municipales, el run-run, esa apelación a la Barcelona mestiza de la rumba catalana. A través de Ada -razón por la que su cara aparecía en las papeletas electorales- se lograron activar narrativas complejas que cambiaron imaginarios y composiciones sociales, encarnaba miles de sensibilidades e ilusiones de cambios.

Pero tal éxito político fue posible porque las confluencias eran un espacio de hibridación de composiciones sociales, materiales y culturales muy diferentes entre sí. El problema que se le presenta hoy a la confluencia, luego de que Domènech se desdoble como líder de los 'comunes' al tiempo que como secretario general de Podem Catalunya, tiene que ver no con lo que Xavi Domènech es o hace, excelente profesor, activista entregado, candidato fundamental en las dos victorias en las elecciones estatales, sino con la experiencia de su relato, con lo que ese desdoblamiento significa: la liquidación de la hipótesis Podemos en Catalunya. El espacio de ruptura en Catalunya, la confluencia, comienza a cojear.