En plena escalada

El Parlament votará el miércoles un paso clave para dar vía libre a la ley del referéndum

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el acto del PDECat de este martes por la tarde, en Barcelona.

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el acto del PDECat de este martes por la tarde, en Barcelona. / periodico

Joan Tapia

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cuando hace tres semanas, el 4 de julio, Puigdemont habló en el Teatre Nacional de la ley del referéndumPuigdemont, el choque de trenes pasó de idea a acto. Ahora estamos en plena escalada.

Primero estalló la crisis y la radicalización del Govern con el cese de los moderados que ponían objeciones al choque de trenes cruento. La clave de esta purga interna del independentismo (mejor dicho, del PDECat) fue el relevo en el departamento de Interior de Jordi Jané por Joaquim Forn. En principio no hay gran distancia entre Jané y Forn; ambos son veteranos convergentes y -uno en el Parlamento español y en la Conselleria y el otro en el Ayuntamiento barcelonés- han mostrado la tradicional capacidad de pacto de CDC. Pero mientras Jané afirmaba que los Mossos siempre respetarían la legalidad, Forn acaba de declarar ('El Punt Avui' del domingo) que, en base a la legalidad catalana, no solo permitirán, sino que facilitarán la votación del 1 de octubre. Negándose a considerar un bien probable conflicto entre las leyes vigentes y el nuevo marco legal que pueda emanar del Parlament. La consecuencia fue la dimisión inmediata, alegando motivos políticos, del director general de la policía, el prudente Albert Batlle.

La iniciativa de Puigdemont -alentado por Oriol Junqueras y Artur Mas-, que no dejó de causar cierta sorpresa en Madrid, tuvo un inmediato acuse de recibo el viernes con la exigencia a la Generalitat de que sus interventores certifiquen cada semana que no se usan fondos en preparativos del referéndum. El mensaje es explícito. A cada disparo contra la legalidad constitucional, Madrid contestará con un proporcional torpedo de retorsión. Y aseguran que es imposible negociar -discrepancia con el PSOE- mientras Puigdemont siga con la tentativa de referéndum que -insisten- no tendrá lugar.

Y el calendario marca que este miércoles será un día no histórico (están ya agotados), pero sí relevante porque Puigdemont tendrá que explicar la última crisis de su Gobierno. Y por la tarde se votará la reforma del reglamento del Parlament que debe hacer posible que la ley de referéndum -que puede entrar en el Parlament el 17 de agosto- sea votada en lectura única y en un solo pleno el 28 o el 31 de agosto, justo un mes antes del referéndum. Y aunque hay enmiendas vivas de varios grupos parlamentarios, nadie duda de que esta reforma, cuestionada por los letrados del Parlament y por el Consell de Garanties Estatutàries, será aprobada.

Ojo por ojo y diente por diente

Los grupos de la oposición (PP, C's, PSC y 'comuns') presentarán recurso de amparo, que no tiene efecto suspensivo, ante el Constitucional. También lo podría hacer -en esta anunciada escalada de ojo por ojo y diente por diente- el Gobierno español.

Todo se acelera. Este lunes, Puigdemont, en una entrevista en 'Le Figaro', daba otro paso hacia el choque cruento al afirmar, en enigmática frase, que no aceptará su hipotética inhabilitación por el Constitucional "aunque" le "echen" de su despacho. ¿Piensa gobernar desde la calle?