MIRADOR

El perdido encanto del tripartito

JOAN TAPIA

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En el año 2003,Pasqual Maragall ya recibía bofetadas, aunque entonces el tripartito era algo casi obligado por higiene democrática. La alternancia es la base del sistema y la libertad se marchita cuando un partido -el que sea- controla un estado demasiado tiempo. Fueron 23 años.

¿Son las críticas de hoy más justas? Lo son porque el propio inventor (en la sombra) de la fórmula del 2003,José Montilla, acaba de proclamar que la experiencia ha sido positiva pero que no se repetirá aunque (difícil) PSC, Esquerra e ICV conserven la mayoría.

¿Qué le ha pasado al tripartito? En el 2003 tenía tres cimientos: la alternancia, el denominador común progresista y una visión no incompatible (a corto plazo) de Catalunya y España.Maragallpredicaba el federalismo asimétrico.Carod era independentista, pero pedía un nuevo Estatut. Siete años después ya ha habido alternancia y su balance es discutible. El denominador común sigue ahí aunque con serias disonancias. Pero la deslegitimación principal es el cisma respecto de Catalunya y España entre el PSC y ERC.

En el 2006 ya fue complicado. CiU inoculó en ERC el complejo de culpa por tener sexo con un partido «español». Y el pacto final del Estatut entreZapateroyMastenía dos objetivos: que el Estatut fuera aprobado en Madrid (bien) y expulsar a ERC del consenso estatutario (mal). Fue un error. Los dos protagonistas lo pagaron. El tripartito resucitó porque ERC no quería (como CiU en el 2003) perder el poder y porque el PSC se rebeló a un PSOE que ardía por la gran coalición en Catalunya y los votos de CiU en Madrid.

Rehacer el tripartito en el 2006, con una ERC radicalizada por elnoal Estatut, tenía alto riesgo. La gestión es discutible.VallésyTurahan hecho más prisiones en 7 años quePujolen 23, pero la imagen pública es mala. Por fallos de comunicación, seguro. Y porque ha surgido una incompatibilidad inmediata entre el PSC y ERC respecto de España.Montillano ha logrado queZapatero-todavía menos el Constitucional- avale el federalismo asimétrico. Y ERC ha pasado de reclamar un nuevo Estatut (2003) a no votarlo (2006) y a proponer un inmediato referendo de independencia (2010). Ha sido el refugio dePuigcercósante las acusaciones de traición de un raro frente amplio que iba desdeMasaLaportayCarretero.

Es casi imposible que gobiernen juntos un partido federalista (pero que no osa defender la asimetría en Madrid) y otro que quiere la independencia para mañana por la mañana. Y que sueña con Kosovo. Por eso tiene razónMontillaal decir que el tripartito no se repetirá. PeroMassabe que no es imposible. Porque si pese a todo el tripartito repitiera mayoría absoluta, se habría expresado un voto de castigo a la opción de CiU.