tú y yo somos tres

Las pensiones y el perro de Rajoy

ferran Monegal

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El clamor de los pensionistas indignados llenando calles y plazas de Barcelona, Madrid, Valencia, A Coruña, Valladolid, Sevilla, Bilbao..., o sea, de toda España, encuentra en La Sexta, y en buena medida también en Cuatro, el cobijo televisivo necesario. Hay que enseñar lo que pase, no solo porque es noticia, también porque es de justicia dar visibilidad televisiva a la inmensa protesta de nuestros jubilados. En TVE, en cambio, procuran silenciar al máximo esta realidad. A los que mueven los hilos de los Telediarios y manejan la censura y la tijera no les interesa informar de las sonoras manifestaciones de la tercera edad. Qué vergüenza de televisión pública. Solo es pública porque entre todos la pagamos, pero ya hace tiempo que dejó de servir a los ciudadanos. El sábado, en La Sexta noche, tuvieron un buen dato de audiencia: reunieron en el plató a más de 30 pensionistas y les dieron voz para que todos pudiéramos escucharles. En <i>Al rojo vivo</i> casi doblaron el lunes la media de su cadena (llegaron al 12,3% de cuota de pantalla) siguiendo las manifestaciones por todas las ciudades. O sea, que el tema es de interés. La ciudadanía premia a las cadenas que no se evaden. En Bilbao, una pensionista, Rosa Fuentes, con una paga mensual de 600 euros y un hijo de 56 años en casa, enfermo, al que tiene que cuidar, miró a cámara y dijo: «La carta que nos han mandado vale más que lo que nos han subido. El perro que tiene Rajoy gasta más que lo que nos dan a nosotros». En Sevilla, unos ancianos plantaron un váter en mitad de la calzada. En la tapa había esta inscripción: «Fátima, mira, esta mierda es tuya». En A Coruña, la marea de os vellos desbordó el lunes la ciudad. Mirándolos, absorto, por la pantalla, recordé un verso de Castelao«No hay peor destierro que aquel que se sufre en el propio país». Hoy os vellos son los desterrados. Un señor anciano se levantó de pronto en La Sexta noche y exclamó: «El Gobierno de Rajoy quizá está pensando en fumigarnos». En enero del 2013 un ministro japonés, el cafre <b>Taro Aso</b>, lanzó aquella frase que todas las teles del mundo insertaron en sus noticiarios: el deber de todo jubilado es morirse cuanto antes.

Bien mirado, el Gobierno del PP lo tiene crudo con los jubilados. Nueve millones de votos, dentro de poco, también le van a escribir una carta. Esta carta tendrá un valor extraordinario. En las urnas será depositada.