Difíciles jubilaciones

Pensiones, un ejemplo de solidaridad

Muchos asalariados cobran menos que sus padres jubilados y necesitan su ayuda

Concentración de pensionistas frente al Ministerio de Hacienda, Madrid.

Concentración de pensionistas frente al Ministerio de Hacienda, Madrid. / periodico

CARMEN JUAN

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Hace frío, pero la calle está caliente. Los jubilados echan pestes del Gobierno por culpa del 0,25%,  esa subida "de mierda" de sus pensiones, como las califican los organizadores de las movilizaciones. Las mismas pensiones con las que malviven muchas familias, que tiran de ellas a falta de salarios. Las pensiones son un gran ejemplo de solidaridad intergeneracional. Las cotizaciones de los trabajadores pagan las pensiones de los jubilados y tras la crisis, también a la inversa, la pensión mantiene a los jóvenes de la familia, condenados a la precariedad, hasta el punto de que muchos asalariados cobran menos que sus padres jubilados.

Al Gobierno, que ahora recoge lo sembrado, solo le faltaba que los jubilados dejaran la petanca por las movilizaciones. ¿Qué esperaban? Nos hacen trabajar más años, nos reprochan que vivimos mucho, recortan nuestro poder adquisitivo, critican que no ahorramos, aunque el Gobierno se ha dedicado a vaciar la hucha de todos. Para más recochineo, el gobernador del Banco de España se extraña de las quejas porque la gran mayoría de jubilados tienen vivienda en propiedad, y claro, eso redondea sus rentas.

Incierta jubilación

Soy de una generación que antes de empezar a trabajar ya nos dijeron que no cobraríamos pensión. Después de tantos años, y tantos gobiernos, nadie ha conseguido despejar esos negros nubarrones sobre nuestra incierta jubilación, todo lo contrario, parecen esforzarse en que se conviertan en una profecía autocumplida y eso solo puede ser calificado de supina incompetencia.

Pero tranquilos, el Gobierno parece por fin reaccionar a la presión de la calle -son 8 millones de votantes- y le ha pedido a Montoro, su bombero torero, que diga algo. El ministro de Hacienda se ha sacado de la chistera una rebaja en el IRPF de la que solo se podrían beneficiar a partir de los 80 años las rentas más altas. Que no cunda el pánico, Rajoy ha anunciado que irá al Congreso a explicarse en un debate monográfico para que "no estropeemos lo que con tanto esfuerzo hemos conseguido en estos años". Un aplauso.