EN CLAVE EUROPEA

Papel mojado en inmigración

Un inmigrante africano, identificado con un número por un agente italiano tras desembarcar en Catania, este viernes.

Un inmigrante africano, identificado con un número por un agente italiano tras desembarcar en Catania, este viernes.

ELISEO OLIVERAS

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Las decisiones de la cumbre europea sobre la inmigración de este jueves tendrán unos efectos limitados en la lucha contra las mafias que se enriquecen con la desesperación de los miles de personas que huyen de la guerra, la represión o la miseria. Cada barca de inmigrantes supone un beneficio para el traficante de «80.000 euros de media» y cada red mafiosa que opera en la costa libia gana «millones de euros al año» con estas operaciones, según el fiscal jefe de Palermo, Francesco Lo Voi. El fiscal indicó que los datos apuntan a que puede haber un millón de personas en Libia esperando cruzar el mar para llegar a Europa.

La falta de compromisos concretos sobre el reparto entre los Veintiocho de la carga que supone la llegada masiva de inmigrantes irregulares a la zona mediterránea también mostró los límites de la solidaridad europea. La cancillera alemana, Angela Merkel, recordó que Alemania es el país europeo que más demandantes de asilo acoge: el 32% de las 626.000 solicitudes del 2014.

La política de austeridad a ultranza impuesta desde hace cinco años por la Comisión Europea -en contra de las lecciones de la historia económica- ha recortado drásticamente los servicios y prestaciones sociales para nacionales e inmigrantes, por lo que los gobiernos no quieren asumir más inmigrantes irregulares de los que llegan a su territorio.

Para demostrar su firmeza contra la inmigración por motivos electorales, el primer ministro británico, David Cameron, anunció el envío a la zona del 'Bulwark', buque insignia de la Armada británica, de dos patrulleras y tres helicópteros. Pero Cameron advirtió de que cualquier inmigrante que rescaten será desembarcado en Italia o Malta, porque «está fuera de cuestión que puedan pedir asilo en Gran Bretaña».

El prometido incremento de fondos y efectivos para las patrullas aeronavales de la Agencia Europea para el Control de Fronteras Exteriores (Frontex) permitirá cubrir una mayor extensión geográfica y salvar más vidas en el mar. Pero los operaciones europeas Tritón (zona italiana) y Poseidón (zona griega) seguirán siendo solo «una misión de vigilancia marítima» a 30 millas náuticas de la costa europea.

TEMOR AL EFECTO LLAMADA

En la cumbre no hubo acuerdo para ampliar el mandato por temor a que, si se transforman en «misiones de rescate», ejerzan un efecto llamada, estimulando a las mafias a enviar todavía más personas en barcas precarias para ser rescatadas. España fue uno de los países que se opuso a cambiar el mandato.

Precisamente Italia canceló el 31 de octubre del 2014 su operación de búsqueda y rescate Mare Nostrum por la presión de sus 'socios', en especial Alemania y Gran Bretaña, que sostenían que estaba generando un efecto llamada y fomentaba la partida de inmigrantes clandestinos desde la costa africana con la esperanza de ser rescatados.

El anunciado plan para localizar, capturar y destruir los barcos utilizados por las mafias para el transporte de inmigrantes resultará muy problemático de llevar a la práctica, porque supone actuar militarmente en los puertos y la costa de Libia, disponer de información fidedigna sobre los barcos e instalaciones concretas utilizadas por los traficantes y estar dispuesto a enfrentarse con las diferentes milicias y facciones que se reparten el territorio libio, incluido el Estado Islámico.

El presidente francés, François Hollande, condicionó esos ataques a obtener una autorización previa del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Pero puede resultar muy difícil de lograr una resolución que ampare un ataque militar en el territorio de otro Estado, a pesar de que se trate de un Estado fallido como Libia. La UE necesitará asegurarse que China y Rusia no veten esa resolución y la actual política de sanciones contra el presidente ruso, Vladímir Putin, no es la mejor baza para lograr su apoyo.

Como reconoció Hollande, la actual ola masiva de inmigración que parte de las costas libias es consecuencia de «los errores del pasado», cuando se desencadenó la intervención militar de la OTAN para derribar al régimen autoritario de Muamar Gadafi «sin que hubiera ninguna reflexión sobre lo que debía hacerse después».