El papel de las emociones

La sociedad catalana se divide en partes más o menos iguales entre los que se sienten independentistas y los que no

Carles Puigdemont.

Carles Puigdemont. / periodico

ÀNGELS PONT

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La encuesta que EL PERIÓDICO DE CATALUNYA presenta estos días ha sido realizada en un contexto de alta tensión y estrés de la sociedad catalana. El trabajo de campo comenzó el lunes, 16 de octubre, después de la primera carta de Puigdemont a Rajoy, y terminó el jueves, 19, después de la segunda misiva y el anuncio de la aplicación del artículo 155. En medio, se produjo la detención de los líderes del ANC y Òmnium, Sànchez y Cuixart. La angustia de la situación se pone de manifiesto en las respuestas de los ciudadanos, piensen lo que piensen. La opinión sigue polarizada como, de hecho, lo ha estado desde que se inició el procés en el 2012. Esta vez, además, se detecta un aumento de la tensión, constatada en muchas de las variables del estudio . Se refleja, por ejemplo, en el interés que el 80% de entrevistados muestra por la actualidad política, el porcentaje más alto de toda la serie de la que se dispone.

Además de las preguntas habituales de valoración de la situación política, líderes y voto, se preguntó por las cuestiones del momento: el referéndum del 1-O y la intervención policial que generó, la DUI, el 155, la reforma constitucional o sobre la posibilidad de convocar elecciones. A modo de resumen, los datos ponen de relieve que la mayoría de catalanes rechazan tanto la DUI como la aplicación del 155. También que la sociedad catalana se divide en partes más o menos iguales entre los que se sienten independentistas y los que no, tal y como viene sucediendo desde hace cinco años.

Otra cuestión es cómo esta situación influye en las expectativas electorales de cada fuerza política. Hay diferentes aspectos a destacar. Primero. La estimación de voto por los dos bloques (independentista y no independentista) es casi idéntica a la surgida de las elecciones del 27-S del 2015. Segundo, ERC obtendría una amplia mayoría, aunque por debajo de la que se le proyectaba hace un año e insuficiente para garantizar un gobierno cómodo y estable. Tercero, la CUP vuelve a recuperar la posición del 27-S, cambiando la tendencia a la baja que habían reflejado encuestas anteriores y conservando su posición clave para completar la mayoría absoluta independentista en el Parlament. Cuarto, el PDECat también mejora sus expectativas, a pesar de continuar con niveles de apoyo históricamente inéditos para los antiguos convergentes. Quinto, dentro del bloque no independentista se detecta más indecisión y cierta competencia entre C’s y PSC para ocupar el liderazgo de la oposición. Sexto, los Comunes son los que presentan unos datos más frágiles: baja fidelidad de voto, significativos trasvases hacia otras fuerzas y mucha indefinición. Seguramente estos datos no son ajenos al hecho de que sus votantes son los que se hallan más divididos sobre la cuestión soberanista.

Una dinámica imparable

De todos modos, la dinámica de los hechos que se suceden día tras día parece imparable y por lo tanto las expectativas electorales de cada partido están condicionadas por el dominio de las emociones. Habrá que estar atentos al impacto que producen próximos eventos.