ANÁLISIS

La Padania ha muerto, el populismo vive

Rosa Massagué

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Con una mayoría absoluta del Partido Nacionalista Escocés en las elecciones del 2011, Alex Salmond se vio con fuerza suficiente para reclamar un referéndum sobre la independencia de Escocia. Sin una Constitución escrita que lo impidiera o lo avalara, el entonces primer ministro británico David Cameron se avino a la consulta, pero puso una condición. La papeleta solo tendría dos opciones, "sí" o "no". Salmond quería una tercera consistente en más autogobierno pero tuvo que aceptar la propuesta binaria y perdió. De haber permitido Cameron la tercera, posiblemente habría resultado ganadora.

De Catalunya no les voy a hablar. Ya saben. Mayoría parlamentaria independentista, pero minoría en número de votos. Independencia sí o sí, referéndum ilegal, y a punto de perder todo cuanto se logró en el período más largo de prosperidad registrado en Catalunya y en España.

Italia ha optado por un modelo propio que se presenta como más sensato e inmune a las irreparables rupturas económicas y sociales. Y con la precaución de marcar distancias con Catalunya. El referéndum de este domingo en las regiones septentrionales de Lombardía y Véneto, ambas gobernadas por la Liga Norte, pedía más autonomía, una mayor capacidad de autogobierno como la que disfrutan las llamadas Regiones autónomas con estatuto especial. Estas regiones -Sicilia, Cerdeña, Trentino-Alto Adigio y Valle de Aosta-, fueron creadas en 1948, como consecuencia de la segunda guerra mundial y para cortar los impulsos independentistas de Sicilia movidos por fuerzas opacas. A las dos primeras las define su insularidad. A las otras dos, la identidad.

A principios de los años 90 Umberto Bossi al frente de la Liga Norte se inventó la Padania, una región ficticia que se extiende por el valle del Po, de este a oeste del norte de Italia al grito de ‘Roma ladrona’. Era la Italia septentrional supuestamente industriosa contra unos políticos inútiles y contra una Italia meridional supuestamente gandula. En 1996 Bossi declaró la Padania como una “república federal, independiente y soberana”. Nadie le hizo caso, ni dentro ni fuera de Italia.

Sentencia del Constitucional

Su sucesor, Matteo Salvini, ha hecho las cosas más en serio. La petición de un referéndum para la independencia del Véneto topó con una sentencia del Tribunal Constitucional. Como la Carta Magna italiana establece que la república es “una e indivisible” los jueces dijeron que no, pero abrieron la puerta a una consulta no vinculante sobre una mayor autonomía. Es la realizada este domingo, sin grandes polémicas, pero tampoco grandes entusiasmos, especialmente en Lombardía.

Lo más curioso de este referéndum es que quien lo ha impulsado, la Liga Norte, ha dejado de tener interés precisamente solo en el norte. Salvini está convirtiendo esta formación en un partido ‘italiano’ con presencia en todo el país. Perderá la palabra 'Norte' de su enunciado, pero no ha perdido su origen xenófobo. Al contrario, aspira a ser la versión italiana del Frente Nacional de Marine Le Pen. Roma ya no es la ladrona. Ahora lo son Bruselas y el euro. La Padania ha muerto, pero el populismo sigue vivo.

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