Las otras cuentas de Montoro y sus enemigos

El ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, realizando declaraciones, ayer.

El ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, realizando declaraciones, ayer.

Jesús Rivasés

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Carlos Solchaga decía en su época de ministro de Hacienda que "la política, casi siempre, es economía". Su último sucesor, Cristóbal Montoro, vuelve a darle la razón al admitir que ha rectificado -cedido- en sus previsiones para las cuentas del Estado de 2018 porque el PP no tiene los votos necesarios para aprobarlas y debe pactar. Y todo se arregla con más dinero para las Comunidades Autónomas y para los contribuyentes con rentas más bajas.

El Gobierno de Rajoy necesita los votos de nacionalistas vascos y canarios y de Ciudadanos y los va a conseguir. Montoro ha toreado con los nacionalistas, mientras que Luis de Guindos ha lidiado con Luis Garicano, el hombre de la economía de un Albert Rivera, empeñado en una bajada inmediata del IRPF, aunque se circunscriba a los contribuyentes con menos ingresos. Quería apuntarse el tanto de forzar al Gobierno en ese terreno y lo ha conseguido. El tiempo dirá si obtiene réditos electorales.

Los equilibrios de Montoro para cuadrar las cuentas coinciden con la aparición de la Memoria Tributaria de la Agencia Tributaria correspondiente a 2015, con datos que bien podrían ser "las otras cuentas" del ministro. La cifra más difundida es que en España hay 7.249 contribuyentes que declaran ingresos superiores a 600.000 euros. Sin embargo, hay datos mucho más importantes y significativos. El 61,94 de los contribuyentes declara ingresos inferiores a 21.000 euros brutos anuales, entre los que estarían los beneficiarios de la rebaja lograda por Rivera. La crisis ha sido dura, los salarios han bajado y todavía no crecen, pero el que casi dos tercios de los españoles sean poco más que mileuristas rechina con lo que se ve en las calles, el repunte del consumo y del sector inmobiliario. También sorprende que haya 3,09 millones de declaraciones de Actividades Económicas (autónomos o pequeños empresarios), con una media de ingresos anuales de ¡8.400 euros! Hay muchas duplicidades, falsos autónomos y situaciones anómalas, pero algo no cuadra. Quizá las 2.150 personas que cubrirán las plazas que sacará a concurso la Agencia Tributaria contribuyan a aclarar estas "otras cuentas", que si fueran menos llamativas borrarían los problemas de recaudación y déficit, porque lo que enmascaran es fraude o elusión fiscal, así de simple.

Montoro ha cometido errores como ministro -la amnistía fue el principal, y le ha costado una reprobación-, pero también es el titular de Hacienda que más ha luchado contra el fraude, contra esas "otras cuentas", lo que le ha granjeado numerosos enemigos, incluso en sus propias filas, que ahora intentan aprovechar su teórica debilidad, a pesar del apoyo que mantiene de Rajoy. Bastantes de los pillados "in fraganti" por Hacienda culpan a Montoro de sus males, que consisten en haber sido cazados tras intentar burlar al fisco. El ministro no es responsable de las faltas ajenas, salvo que algunos se creyeran inmunes por ser quiénes eran -notables del PP o líderes sociales-, y ahora, enrabietados, cargan contra Montoro, obligado también a ejercer de equilibrista para sacar adelante el techo de gasto.