Origen, orden y pasión

Artículo número 319. Tengo un amigo que es fan de los compact disc. Tiene tal cantidad de ellos que es alucinante cuando visitas su casa. Le gustan tanto que siempre le ves limpiando alguno o explicando alguna batallita sobre su creación.

Me contó que este objeto, que lleva más de 31 años con nosotros, es hijo de sus inventores, un holandés y un japonés. Me relató que el japonés decidió que el tamaño exterior de los cedés fuera el mismo que el del bolsillo de una camisa, para que la gente lo pudiera llevar encima. Y al holandés se le ocurrió que el agujero central fuera de la medida de la moneda de 10 centavos de florín en homenaje a su patria.

Es realmente curioso que ese invento tenga parte de cada uno de sus creadores. Pero lo que más me alucinó es por qué decidieron que la duración fuera exactamente de 74 minutos. Y fue... Bueno, casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana.

Tercer puesto: The next day. Me alucina la vuelta de David Bowie y me conmociona su Where are we now. Esencia pura del maestro después de una década de ausencia.

Segunda posición: Món petit. Alucinante el viaje personal y cinematográfico de Albert Casals. Luminoso y con una fuerza que nace de ese increíble padre que le supo cuidar y enseñar tanto. Absolutamente brutal.

Primer pugar: Lutherapia (Auditorio del Fòrum). He visto nueve espectáculos de Les Luthiers, pero este último fue sublime. El equilibrio es perfecto y el humor tan certero que mi esófago no paró de revolverse de felicidad.

Y, volviendo a mi amigo, me contó que la idea de los 74 minutos proviene del jefe de ambos creadores, el vicepresidente de Sony, que era un gran fan de la novena sinfonía de Beethoven, que justamente dura ese tiempo. Así que decidió que sería la duración que tendrían los cedes, ya que nada en el mundo podía superar esa sinfonía. No se necesitaban más minutos.

Orígenes, orden y pasión en un mismo invento... Brutal... ¡Feliz domingo!