LA HISTORIA INTERMINABLE

Las cloacas del dopaje

Cada vez que la policía interviene y detiene a un deportista aparecen productos similares a los que recetaba Eufemiano Fuentes o tomaba Lance Armstrong

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Sergi López-Egea

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Una vez le preguntaron a Lance Armstrong qué tomaba y si sus planes secretos para mejorar el rendimiento tenían algo de sobrenatural o estaban inspirados en las técnicas científicas más sofisticadas. "Lo de toda la vida", respondió el corredor estadounidense antes de ser borrado de la historia del ciclismo. "Lo de toda la vida", por desgracia, y por años que pasen, en una lacra denominada dopaje que no solo ha afectado al ciclismo si no que está extendida a muchos más deportes, aparece cada vez que la policía logra desarticular a una red de tramposos; la última la operación Chamberi con el fondista Ilias Fifa a la cabeza.

No hay grandes diferencias entre los productos que podían tomar los clientes de Eufemiano Fuentes o el mismo Armstrong a lo que surge cada vez que la policía abre las cloacas del dopaje. Puede emerger algún producto, incluso estar inspirado en la veterinaria, pero siempre se trata de lo mismo: engañar en los controles antidopaje y siempre, siempre sospechar del rival cuando sencillamente pueda ocurrir que simplemente sea mejor que el tramposo. La frase que lee en el sumario, atribuida a Fifa, al hablar de Mo Farah es muy significativa: "¿qué estará comiendo?". No se sabe si come algo fuera del menú legal o simplemente ocurre que es el número uno de la clase. Lo que queda claro es que el dopaje sigue vivo y coleando y que muchos deportistas de los que escribimos sus gestas con pasión nos siguen engañando como si fuéramos idiotas.