Nos vemos en el Gamper, Málaga

Los jugadores del Málaga, durante el entrenamiento previo al partido de final de liga contra el Madrid.

Los jugadores del Málaga, durante el entrenamiento previo al partido de final de liga contra el Madrid. / periodico

JORDI PUNTÍ

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Durante una época más o menos larga, a mis 18 años, formé parte de la Generación Perdida culé. Sí, yo era uno más entre esas decenas de miles de personas que fueron a Sevilla para ver la final de la Copa de Europa contra el Steaua de Bucarest. Imaginen una música triste de piano para acompañar las imágenes de la decepción: los errores, los penales fallados, el viaje agónico de vuelta en autocar, el cruel escarnio de la gente a nuestro paso por cada rincón de la geografía española... El descalabro fue tan monumental que estuve dos años sin volver al Camp Nou y casi el mismo tiempo sin ver un partido del Barça.

El antídoto para ese periodo de duelo solo llegó de verdad con la final de Wembley, esa que ahora hemos recordado hasta la saciedad. Lo digo porque no dudo de su papel fundacional para entender el Barça del presente, pero al mismo tiempo me ha parecido un exceso sospechoso. ¿Un programa en TV-3, en 'prime time', y con intervenciones de los héroes y, entre otros, de Artur Mas? Lo siento pero roza lo ridículo, y más cuando no hace ni dos meses que ya se programó un merecido homenaje a la figura de Johan Cruyff.

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En realidad, si la televisión pública tiene que entregarse a actos de nostalgia colectiva como el del otro día, es que hay algo que no funciona --en el Barça actual y en el país--. Es como si pusieran la tirita antes de la herida, como si el recuerdo de los buenos tiempos intentara nivelar la decepción que se intuye tras este final de liga... Pero ¿podemos hablar realmente de decepción? Con la final de la Copa por jugar, frente al Alavés, sería una decepción no conseguir ningún título, pero me temo que todo se agudiza más ante la posibilidad de que el Real Madrid se lleve Liga y Champions.

¿Es así? ¿No hemos aprendido nada y volvemos a las andadas de la Generación Perdida? Ese tiempo --ya se oye el ritmo de marcha fúnebre-- en que una victoria en el Bernabeu salvaba una temporada, o una entrada salvaje de Goikoetxea nos servía como excusa para los puntos perdidos en campos fáciles...

Pero no, ahora estamos en otra dimensión, un círculo mágico que pasa por Messi, y en el fondo la época histórica que estamos viviendo en can Barça debería prepararnos para el optimismo. Al fin y al cabo, la buena estrella del 'dream team' de Cruyff se recargó en esas dos últimas jornadas de liga en que el Real Madrid jugaba en Tenerife. Es curioso cómo la historia se repite, cómo vuelven los mismos protagonistas: Luis Enrique Michel, ahora entrenadores, jugaban en ese Real Madrid que se dejó quitar la segunda liga a última hora...

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El recuerdo de esas tardes de gran futbol deberían ser una inspiración para el Málaga que esta domingo saltará a La Rosaleda. Hay muchas formas de pasar a la historia, querido Málaga: nos vemos dentro de unos meses en el Gamper. Incluso seremos capaces de perdonar al jeque que dice pestes de los catalanes. Ah, y por si hicieran falta más pistas, cuentan que Los Manolos han vuelto a subir a los escenarios tras años de silencio y este verano se hartarán de cantar su canción estrella: 'Amigos para siempre'.