La manta de Luis Enrique

Messi y Neymar, durante el partido del Barça en Málaga.

Messi y Neymar, durante el partido del Barça en Málaga. / periodico

JORDI PUNTÍ

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Son malos tiempos para la lírica, también en el futbol, y no me refiero a esos días en que Messi agota los adjetivos con sus proezas. No es eso. El problema es que los datos y estadísticas han sustituido a las metáforas y, por el camino, nos hemos vuelto todos más técnicos. Ahora queremos conocer los detalles de las lesiones de los jugadores, si se trata de una elongación, una pubalgia o los isquiotibiales -qué palabrejas-, cuando antes nos bastaba saber que Rafinha estará “en el dique seco” durante cuatro meses y, luego, cuando se recupere, los servicios médicos lo mantendrán “entre algodones”.

Uno de los maestros de la metáfora en el futbol es el Pacho Maturana, legendario seleccionador de Colombia y de otras aventuras. Cuando entrenaba en Argentina, en el Gimnasia y Esgrima, le preguntaron como jugaría su equipo. Su respuesta: “Si Dios te dio limones, tienes que hacer una limonada”. Otra de sus frases: “La táctica es el alma del futbol”. Pero la metáfora de Maturana que ha hecho más fortuna es la que compara el fútbol a una manta corta: cuando te tapas la cabeza (la defensa), los pies quedan a la intemperie, y si te tapas los pies (la delantera), la que queda desguarnecida es la cabeza.

Me resulta difícil entender el misterio de las rotaciones: que una sustitución en el minuto 60 sea importante para que juegue mejor dos meses más tarde

Viendo jugar al FC Barcelona en las últimas jornadas, me había dado por pensar que la manta de Luis Enrique es en realidad una de esas que te dan en los aviones: es corta, pero al final te las arreglas para que te tape cabeza y pies. El sistema del 3-4-3 que ha ensayado con éxito ha sido el revulsivo tras la debacle de París para conseguir que el equipo tuviera de nuevo un alma. Combinada con el juego de rotaciones, esta alma debería servir para afrontar con garantías el tramo más complicado de la temporada.

Sin embargo, me haría falta una metáfora para entender mejor el misterio de las rotaciones. Ya sé que el equipo técnico cuenta con programas informáticos que fijan al detalle los minutos de cada jugador, pero me resulta difícil entender por qué una sustitución en el minuto 60 es importante para que cierto delantero juegue mejor dos meses más tarde... En realidad, lo que estoy planteando no se diferencia tanto del conocido “efecto mariposa”, y ahora mismo me gustaría saber qué sucesión de hechos provocó el bajón inesperado del Barça que le impidió puntuar frente al Málaga.

¿Será esta derrota una piedra en el camino, o el día en que el 3-4-3 dejó de ser una alternativa para este Barça? El abanico de respuestas va de la ausencia de Rakitic a la falta de continuidad de Denis Suárez o la lesión de Rafinha. También tiene que ver con un árbitro quisquilloso en algunas jugadas y cegato en otras, como en ese penal -o pena máxima- a Sergi Roberto, que él vio fuera del área. O con ese Luis Suárez al que le faltó olfato de gol frente a Kameni. O con un Neymar al que expulsó el hartazgo... Los números dicen que hoy la liga está más difícil, pero viendo a Barça y Madrid, cómo juegan y lo que les espera, me gustaría encontrar una metáfora para creerme que todavía hay mucho por jugar.