Al contrataque

"Nunca es demasiado tarde"

Tras el comunicado de ETA te das cuenta que mirar hacia atrás ayuda a ver lo histórico del momento que vivimos

Un operario limpia una pintada a favor de ETA en Gernika.

Un operario limpia una pintada a favor de ETA en Gernika. / periodico

ANA PASTOR

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Leo con atención el comunicado de "perdón" de ETA (con su retórica habitual de "conflicto" y "acciones" para no hablar de asesinatos) y repaso las líneas dedicadas a las víctimas. A algunas. Porque hasta en el final y en los últimos estertores son incapaces de dar el paso al completo y respetar la memoria de tantos asesinados.

Perdonar no está al alcance de cualquiera (creo que yo no sería capaz) pero pedir perdón tampoco. Sin embargo, tras este reproche evidente y obvio a la banda terrorista hay quien consigue poner perspectiva. Hablo con alguien que sufrió muy de cerca la indecencia del acoso diario de ETA y que tuvo que enterrar a muchos amigos. Y me dice que mirar hacia atrás ayuda a ver lo histórico del momento que vivimos. Esa etapa se cerró, me añade en privado y desde la distancia, y ahora tenemos que saber cómo contarla y recordarla.

Hay toda una generación de gente muy joven para la que la existencia de estos terroristas en activo resulta tan lejana como para otros la guerra civil. Pero no ha pasado tanto tiempo. No hace tanto era imposible para mucha gente en nuestro país pasear sin escoltas, sin mirar debajo del coche, sin el miedo adherido al cuerpo dependiendo de lo que pensaras o según a lo que te dedicaras. Por eso, resulta increíble que alguien acechado por ese terror, que ha sentido tan cercano el dolor en su propio cuerpo y a cuya puerta llama la tristeza de vez en cuando sea capaz de ver algo de luz en la oscuridad.

Una lección

Es toda una lección también escuchar a otro hombre como Gorka Landaburu. Maestro de periodistas. Un hombre decente y valiente.  De los que nunca se fue de Euskadi. Ni en los momentos más duros. Ni cuando ETA quiso enseñarle el camino con un explosivo en una carta que le dañó la mano y parte de la visión y el oído. Hoy él habla en nombre propio. No quiere arrogarse una primera persona del plural que sabe que es muy amplia y transversal dentro de colectivo de víctimas al que pertenece.

Gorka también cree que el final ha llegado. Y que a ETA solo le queda reconocer que tanto sufrimiento no sirvió para nada. Y hoy, el día que ETA pide "perdón" también me he acordado de Irene Villa. Tan diferente a Gorka pero unidos por un cordón umbilical intangible y poderoso. Este viernes ella competía en Sierra Nevada, Granada, y su triunfo, uno más, llega en un día quizá muy señalado. Y me ha venido a la cabeza su generosidad al hablar de perdón y conseguirlo. Pero también esa manera que tanto admiro, tan suya y tan de otros, de poner perspectiva cuando a otros nos resulta imposible. Y hoy, el día que ETA da el paso tarde y mal, he recordado las palabras de Irene: "Nunca es demasiado tarde".