La preservación de la memoria histórica

2018: Nuevos inquisidores, nuevos iconoclastas

No creo que exista en Europa otra ciudad que se haya dedicado más concienzudamente a la destrucción de su propio patrimonio cultural que Barcelona

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CARLOS CUATRECASAS TARGA

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Los Reyes Católicos fundan el Santo Oficio de la Inquisición en 1478, institución ya existente en otros puntos de Europa y nombran los primeros inquisidores para reprimir herejías, conductas contrarias a la moral y censurar obras peligrosas para la religión.

Judaizantes, moriscos, acusados de brujería o herejía en España acabaron sus días en la hoguera.

La Inquisición fue definitivamente abolida en 1834.

En cuanto a la iconoclastia, la prohibición legal de las imágenes o su destrucción violenta tiene un largo recorrido histórico que se recrudece actualmente con el radicalismo islámico en Afganistan, Ninive, Palmira y otros puntos de Siria e Irak.

Barcelona, sumándose al carro iconoclasta e inquisidor, puso en marcha sus propios procesos purificadores y fuerzas radicales sin control de la autoridad competente en 1835 a la salida de una corrida de toros, en 1909, con motivo del envío de soldados a Marruecos, y, en 1936, durante la Guerra Civil, proceden al incendio y destrucción de decenas de conventos e iglesias y centenares de imágenes, altares y órganos góticos, barrocos y neoclásicos, que de haberse mantenido serían hoy motivo de orgullo cultural para nuestra ciudad.

Estas violentas acciones fueron acompañadas de un elevado número de víctimas sacerdotales y de órdenes religiosas.

No creo que exista en Europa otra ciudad que se haya dedicado más concienzudamente a la destrucción de su propio patrimonio cultural que Barcelona. 

Los inquisidores completan la limpieza democrática con la purificación de la catalanidad enviando a la celda de los proscritos a los contrarios reticentes al 'procés' de independencia

Símbolos borrados

Cuarenta años después del inicio de la transición política, reaparecen con fuerza nuevos inquisidores y nuevos iconoclastas.

Como han sido borrados en su casi totalidad los símbolos del anterior régimen, el objetivo se centra en personajes destacados de nuestro devenir histórico, acusados de herejía democrática o inhumanidad, sin importar cual fuera su contribución, notable en muchos casos, al progreso y modernización del país.

La Generalitat, máximo representante del Estado en Catalunya, oculta tras una cortina negra el retrato de S.M. el Jefe del Estado en un flagrante acto de ilegalidad y deslealtad institucional.

Le sigue la retirada en el Salón de Plenos del Ayuntamiento del retrato de la Reina regente, bajo cuyo mandato pudo realizarse la gran Exposición Universal del 1888.

Se elimina también el busto de S.M. Juan Carlos I y su nombre en la plaza donde confluyen la avenida de la Diagonal con el paseo de Gràcia, con olvido de los servicios prestados al país y en especial de su papel en la salvaguarda y consolidación tras el 23 de febrero del sistema democrático, gracias al cual se desenvuelven a sus anchas los nuevos inquisidores e iconoclastas.

Se persigue después la memoria histórica de Juan Antonio Samaranch, al que debemos la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992 que han permitido la espectacular transformación de Barcelona. Su nombre es borrado de la escultura que donó al Ayuntamiento de Barcelona y se le niega dedicarle una calle en nuestra ciudad.

En la antesala de los condenados esperan el Marqués de Comillas, fundador de la Compañía Transatlántica, Tabacos de Filipinas, Banco Hispano Colonial y otras compañías con sede en Barcelona y gran mecenas de la ciudad, con su "ejecución pública" prevista para el día 4 de marzo, Carlos III, Isabel II, la Reina Cristina, el indiano Xifré, Cambá y otros, en pleno frenesí inquisitorial de revanchismo político y resentimiento social.

Para "rematar" la faena, la CUP, tras reclamar la retirada del monumento a Colón, propuso expropiar y desmantelar la Catedral de Barcelona para convertirla en escuela y economato. La locura e incultura de ineptos e iconoclastas no tiene límites...

Purificación de la catalanidad

Los inquisidores completan la labor de limpieza democrática con la purificación de la catalanidad enviando a la celda de los proscritos a los contrarios reticentes al procés de independencia.procés

Incluso en la Rusia actual neocapitalista, postrevolucionaria y postsoviética que he visitado recientemente conviven las efigies de los Zares, Pedro I, Catalina II, Nicolás I, iglesias y palacios de la monarquía, el mausoleo y efigies de Lenin, edificios y símbolos Stalinistas con el crucero Aurora que disparó el cañonazo con el que se inició el asalto al Palacio de Invierno de los Zares, porque consideran que todo forma parte de la historia. 

¿Y qué decir del boicot de la alcaldesa de Barcelona, del president del Parlament, de la ANC y del Òmnium a la presencia de S.M. Felipe VI, la figura institucional más relevante y reconocida internacionalmente de nuestro país, poniendo en peligro la imagen de la ciudad y la prórroga del Mobile y de muchos otros Congresos que exigen la complicidad de todas las fuerzas políticas y la sociedad civil?

¿Es verdaderamente Barcelona un archivo de cortesía como proclamaba Cervantes?

El mayor nivel de progreso de su historia se ha alcanzado por Catalunya y principalmente por Barcelona en el marco de una monarquía parlamentaria y un sistema democrático, puestos hoy en tela de juicio por parte de algunos partidos políticos y movimientos populistas y antisistema en un evidente ejercicio de deslealtad institucional y menosprecio a la Constitución que entre todos aprobamos, susceptible de mejoras, pero que ante todo hay que respetar.

De los neoinquisidores y neoiconoclastas obcecados en la expedición de patentes de catalanidad y de pureza democrática e incapaces de estimular el progreso del país, libera nos domine.