CONTRAPUNTO

Nuevos empleos con antiguas explotaciones

En Catalunya casi 300.000 personas trabajan mediante plataformas digitales

Deliveroo

Deliveroo / periodico

Salvador Sabrià

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Cada día aparecen nuevas modalidades de trabajo relacionadas con internet o con la llamada economía colaborativa, o con la combinación de ambas a la vez. Con múltiples variantes y en muchos casos con una característica común: bajo la etiqueta de novedad y modernidad se enmasacara la explotación laboral de siempre o las artimañas para contratar a trabajadores que hagan el mismo trabajo que otros pero con menos derechos y menos cargas sociales.

Por suerte, y por la creciente presión de algunos valientes de los colectivos afectados, las autoridades laborales han empezado a preocuparse por este fenómeno y ya están diciendo las cosas por su nombre.

La última noticia en este sentido el acta de la Inspecció de Treball de Barcelona que calificó a los repartidores de Deliveroo como falsos autónomos y determinó que la relación que la multinacional mantiene con éstos es laboral y no mercantil. Traducido en euros, eso quiere decir que la empresa se verá obligada a cotizar por estos empleados en el régimen general de la Seguridad Social y este organismo, del que dependen las pensiones, ingresará 1,3 millones de euros en concepto de cuotas.

Hay que tener en cuenta que no se trata de un fenómeno que afecte solo a una empresa o al negocio de la mensajería. Según una reciente encuesta realizada por  CCOO y el Institut d’Estudis del Treball de la Universitat Autònoma de Barcelona, en Catalunya hay aproximadamente 300.000 personas que trabajan mediante plataformas digitales. Forman parte del más de un millón de personas que en Catalunya "participa en la economía digital, vendiendo productos o servicios, alquilando o vendiendo viviendas o trabajando mediante algún tipo de plataforma digital", según las conclusiones del mismo estudio de la central.

Se trata del primer estudio con una encuesta hecho en España sobre este tema y permite situar la dimensión del fenómeno en la economía real. La encuesta se hizo con los mismos parámetros que se utilizan a nivel europeo y cuando se hace la comparación con el resto del continente se constata que aquí todavía se va por detrás de la media de la UE en este tipo de actividad laboral. Sin embargo, en el caso catalán se ha detectado que el peso de los ingresos por este tipo de empleos es mayor que en las encuestas europeas, de lo que se desprende que hay una "situación de dependencia superior a la de la media y a la de la mayoría de los países de la muestra europea". 

Como ha dejado en evidencia el acta de Inspecció en el caso de Deliveroo, la sensación de protección de las personas que han trabajado para plataformas digitales es muy escasa en caso de paro y muy poco cubierta de cara a la jubilación.

Quizá más lentamente de lo que sería necesario, la sociedad va dándose cuenta de que no todo vale bajo el argumento de las nuevas tecnologías.