ANÁLISIS

La nueva temporada de Trump

Trump (centro) participa en una reunión con unos 25 congresistas y senadores en la Casa Blanca, el 9 de enero.

Trump (centro) participa en una reunión con unos 25 congresistas y senadores en la Casa Blanca, el 9 de enero. / periodico

Rafael Vilasanjuan

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¿Han visto 'House of Cards'? No pasa nada, si no la vieron olvídense, esta serie ya es historia. Con Donald Trump en la Casa Blanca, la nueva se está representando en directo. La realidad es mucho mas intrigante que la ficción, y al igual que todas las series se entrega por episodios cuyos finales asoman siempre al abismo. El último, el que ahora mismo ya se está anunciando, abre la nueva temporada de este presidente esperpéntico, con el capítulo que podría llevar al fiscal Robert Mueller a llamarlo a declarar por la conexión rusa.

Al parecer lo que el fiscal especial para el caso ruso ha revelado a los abogados del presidente es que no le basta con una serie de respuestas escritas, sino que quiere interrogarlo, lo que indica que está llegando al final de una investigación en la que ya ha formulado cargos contra cuatro antiguos asesores del equipo de Trump. De momento parece descartado llamarlo a declarar delante de un tribunal, pero lo que empezó siendo una filtración entre copas y brindis de un ayudante de campaña de Trump sobre las amistades rusas, continuó con el despido de unos cuantos asesores y del jefe del FBI cuando estaba investigando si efectivamente la campaña del presidente había conectado con asesores rusos para ensuciar el prestigio de su contrincante Hillary Clinton, manipulando informes y divulgando a través de las redes información clasificada.

Bienvenidos a la realidad, esto no es ficción. La trama rusa marcó los primeros meses de Donald Trump, y de muchos de los que formaron parte de su círculo mas íntimo, que en un intento de calmar acusaciones fueron desapareciendo de su lado como fusibles rotos para evitar fundir al presidente. Fue la cascada de despidos lo que llevó a la necesidad de designar un fiscal especial. Robert Mueller no parece ahora tan interesado en desbrozar la conexiones del equipo de Trump con oficiales de Putin, sino en saber si el presidente, asediado, acabó solicitando al jefe del FBI que relajara la investigación de la trama rusa, justo antes de despedirlo.

Interrogar a un presidente en activo no tiene por qué significar inmediatamente la apertura de un proceso para destituirlo, pero una acusación de perjurio sobre asuntos que afectan a la seguridad de la nación pondría en aprietos a todos los republicanos de cara a las elecciones de mitad de mandato.

Trump corroe la política interior y exterior aunque todavía no la ha llevado al desastre total. La justicia, si se demuestra que intentó obstruirla, puede acabar con el mandato del hombre más poderoso del mundo y derribar su castillo de naipes que sobrevive milagrosamente. Si declara, si finalmente es llamado a hacerlo, se inaugura la nueva temporada de Trump en la Casa Blanca. Es probable que no nos desvele nada nuevo sobre el presidente, pero será turbulenta, nos va a mantener en vilo y es posible que acabe dando respuesta a lo que ahora mismo todos se plantean. ¿Será el principio del fin? Como en las series, imposible avanzar el final.