IDEAS

Degeneración Nirvana

MIQUI OTERO

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Cada vez que alguien insiste en dar la paliza con lo verdes que eran los valles y lo buena que era la música de su adolescencia, yo pienso en el día que, en una clase de educación sexual impartida por un salesiano, descubrí que mi gran momento quedaba muy atrás. ¿Cuándo nos volveremos a imponer sobre 300 millones de competidores? Esa es la cifra de espermatozoides arribistas que contiene cada eyaculación paterna. ¿Superar eso? Ni mis triunfos en los Jocs Florals del cole ni la primera declaración de la renta entregada a tiempo.

Pero algunos no tardan en repetir gesta. Esta semana se publicaba una foto que recrea la icónica portada (30 millones de copias vendidas) del disco 'Nevermind', de Nirvana. En la original, de 1991, Spencer Elden tiene cuatro meses y bucea en una piscina persiguiendo un billete de un dólar. "Cuando voy a un partido de baloncesto, pienso que todo el pabellón ha visto mi pene de bebé", confiesa en la entrevista de la nueva versión (esta vez posa en bañador), donde añade que ahora se dedica "al mundo del arte y al cultivo de tomates". Conozco a unos cuantos que emplean su tiempo en lo mismo, así que puedo afirmar: aún no ha atrapado ese dólar.

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No hay mejor metáfora de lo que le ha sucedido tanto a la generación que nació con ese disco como a la que, como yo, a los 11 años idolatró a un tipo, Kurt Cobain, que decía que se odiaba y quería morirse. La mía, tan quejica y pasivoagresiva como el líder de Nirvana. La suya, en busca del billete prometido. Sobre todo aquí.

Podríamos reformular esa portada con muchos paisanos veinteañeros, pero cambiando el dólar por un talego. Son los que están hartos de que, encima de negarles un futuro, les digan que su música es una birria y les hablen solo de viejos himnos. Aunque en realidad no echamos de menos aquellos discos, sino aquellos días. El protagonista de esos billetes de mil pesetas, Galdós, escribió en el arranque de 'Miau': "Ningún himno a la libertad es tan hermoso como el que entonan los oprimidos de la enseñanza elemental al soltar el grillete de la disciplina escolar y echarse a la calle piando y saltando".