Neymar, el otro Colón

El delantero llega al Barça para disfrutar de todo aquello que rodea al fútbol y que, en el club azulgrana, es tan o más complicado que en Brasil

La estatua de Cristóbal Colón en Barcelona.

La estatua de Cristóbal Colón en Barcelona. / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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Llega Neymar, pero dudo de que se pare el mundo azulgrana. Llega Neymar y Messi ya está en Argentina. Y media España --perdón, medio Barça--, formando parte de media España. No, no, no es un contrasentido, es lo que tiene poseer a los mejores futbolistas españoles. O los que aún parecen --¿verdad?-- los mejores peloteros de la Tierra.

Llega Neymar y a más de uno, o dos, les encantaría que hubiese un gran recibimiento en el Camp Nou. Al fin y al cabo, el 'elegido', como simpáticamente lo llama Marcos López, ha sido el jugador más deseado del mundo. Hasta lo ha querido Pep Guardiola para su tricampeón --perdón, el tricampeón es Jupp Heyckens-- Bayern de Múnich.

Llega Neymar y el Barça aún tiene un montón de deberes por hacer. Pero los hará, los hará, porque en ello le va la vida futbolística, esa que para el joven brasileño que aterriza este lunes parece resuelta desde hace años, muchos años. Hablo, claro, de su cuenta corriente, pero no de su vitrina de trofeos.

Llega Neymar y viene, supongo, a ponerse al servicio del club azulgrana, a jugar con los mejores, a aprender a ser uno más y a disfrutar de todo aquello que rodea al fútbol y que, en el Barça, alguien le explicará que es tan o más complicado que en Brasil. Bueno, para eso, dicen, llega su familia y también Edmilson, para que le haga de lazarillo. Esperemos que no se caiga por la primera escalera mediática con la que tropiece. Que tropezará, ya verán.

Llega Neymar y la ciudad huele a verano. Y Colón continúa vestido de azulgrana. Y señalando hacia la América que el 'niño de la cresta' ha decidido abandonar para abrazar a la vieja Europa, donde el Barça intenta recuperar, con la ayuda de este equilibrista del balón y fabricante de goles, la hegemonía perdida a manos de un Bayern, que cree haber comprado el libro azulgrana para repetirse en la gloria y, ellos sí, los alemanes de Guardiola, intentar cambiar el ciclo futbolístico del Viejo Continente.