Al contrataque

Neutral

MANEL FUENTES

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El Tribunal de Gran Instancia de Tours, en Francia, acaba de reconocer el derecho de un intersexual a modificar su partida de nacimiento para que allí donde ponía sexo masculino figure ahora sexo neutro. El ser humano en cuestión tiene ya 64 años, con lo que su satisfacción actual difícilmente podrá remendar lo que ha sufrido hasta hoy. Su vida no ha sido fácil. Vivir como hombre ya no lo es. Y aún lo es menos si eres mujer. Pero imaginen lo que tiene que ser interactuar con la Administración y con la sociedad para un ser neutro. Para alguien que nació con una vagina embrionaria y un micropene. Para alguien al que el grupo pretende hacer invisible. Para algunos a los que, tal vez al nacer y por decisión de unos padres azorados, se les practicó una operación para intentar decantar la balanza hacia un lado u otro de manera artificiosa.

La fiscalía de Tours ha recurrido la sentencia ante el miedo a que un tercer género sea reconocido, básicamente por la revolución administrativa que supondría. Seguimos llevando mal la diversidad. Seguimos llevando mal la asunción de la realidad. Y así, los que no están en las principales trincheras, en las de aristas bien definidas, siempre tienen las de perder. A esos, muy pocos les amparan. Los sexualmente neutrales se calcula que no llegan al 2% de la población. Y en muchas partes del mundo están siendo ignorados por sus administraciones, por sus líderes religiosos, por sus vecinos… Por nosotros. Y eso que estamos hablando de diferencias identificables físicamente. Imagínense cómo lo tienen que pasar los que se salen del estándar desde lo psíquico o lo sentimental. En ellos, los valles de incomprensión y ostracismo se hacen, si cabe, más profundos.

Tiempo de radicalización

Lo neutral, lo equidistante, lo ambiguo, siempre está bajo acoso o bajo sospecha, especialmente cuando los tiempos se radicalizan. Justamente cuando desde allí es desde donde se percibirían mejor los logros y las contradicciones de los extremos, ya que al equidistante o al neutro ya le ha tocado vivirlas todas.

Hay amigos míos que han tenido la necesidad de manifestarse públicamente y mostrar sus dudas acerca de uno de los temas de moda. Y los bloques de las certezas absolutas, los del sí y el no, se les lanzan a la yugular por si acaso. No fuera que sembrasen la duda o el gris en su posición de blanco o negro. Vivir la divergencia como amenaza, utilizar el miedo como arma arrojadiza, buscar incorporar adeptos más que matices... Eso es lo que nos barbariza. Eso es lo que asfixia el diálogo y nos  impide disfrutar de todas las flores del jardín.

Algunos creen que avanzamos como sociedad, cuando lo que estamos haciendo en muchos casos es silenciar al que rompe nuestros esquemas y nuestras pétreas posiciones. Tiempos duros que, pese a todo, a veces nos dejan esperanzas como la del tribunal de Tours.