ANÁLISIS

Negociación muy difícil

Dos hombres están sentados en la calle con el rostro abatido en el pueblo griego de Meyisti, ayer.

Dos hombres están sentados en la calle con el rostro abatido en el pueblo griego de Meyisti, ayer.

ELISEO OLIVERAS

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El triunfo del 'sí' al plan de ajustes del Eurogrupo en el referéndum de hoy en Grecia implicaría una frontal desautorización del Gobierno de Syriza y una reanudación muy problemática, compleja y difícil de las negociaciones con la troika  —Comisión Europea, Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI).

En un entorno degradado, Grecia necesita nuevos préstamos ante el vencimiento de 3.500 millones de deuda que debe abonar al BCE el 20 de julio. Su impago supondría el corte de la línea de liquidez de emergencia que ha evitado la quiebra de la banca helena.

Un triunfo del 'sí' debería abrir la vía para que el Eurogrupo se mostrara más generoso en las condiciones para prolongar el rescate, si quiere evitar que se agrave la crisis de la eurozona. Pero las declaraciones de los dirigentes europeos estos días han sido muy negativas y la ruptura de la confianza ha abierto tal abismo que el Eurogrupo podría estar tentado de imponer exigencias aún más estrictas.

La propuesta del FMI para que la eurozona condone una parte «significativa» de la deuda griega por «insostenible» envenenará la negociación. Syriza lleva reclamando reestructurar la deuda desde febrero, pero ha chocado con la oposición de Alemania, España y otros países.

A pesar de un 'sí', la situación de Grecia continuará siendo de extrema gravedad, su población deberá aceptar nuevos ajustes muy duros y la superación de la crisis distará mucho de estar asegurada.

El primer ministro, Alexis Tsipras, ha sido elusivo sobre qué hará el Gobierno si fracasa su apuesta a favor del 'no'. Pese a que al principio dio a entender que podría dimitir, en una entrevista televisiva el jueves Tsipras se limitó a indicar: «la decisión del pueblo griego será respetada, consultaré al partido y pondré en marcha el procedimiento previsto por la Constitución». Más claro fue el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, que anunció que dimitirá si el 'no' es derrotado.

La urgencia de reanudar la negociación con la troika hace improbable la celebración de elecciones anticipadas antes de septiembre.

El respaldo de Syriza (149 diputados) es además indispensable para disponer de la mayoría parlamentaria para formar un Gobierno de unidad nacional. Los conservadores de Nueva Democracia,  los centristas de Potami y los socialistas del PASOK solo suman 106 de los 300 escaños.

Desde Syriza se apunta que Tsipras podría optar por no dimitir e intentar reanudar la negociación con la troika, ya que con su socio Griegos Independientes (ANEL) cuenta con una mayoría de 162 escaños. Pero debería vencer la oposición de los líderes de la eurozona, para quienes Tsipras se ha convertido en la 'bestia negra'.

El vicepresidente del BCE, Vitor  Constancio, indicó el viernes que la victoria del 'sí' podría facilitar que la institución mantuviera en su reunión del lunes la financiación de emergencia a la banca griega y que incluso podría aumentarla. Ese incremento es indispensable para la reapertura de los bancos griegos, pero choca con la oposición del presidente del banco central alemán, Jens Weidmann.

El FMI estima que Grecia necesita un rescate adicional de 52.000 millones hasta el 2018, sin contar el impacto del cierre bancario y los fondos pendientes del anterior rescate.

El presidente del Eurogrupo, el ministro holandés de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, señaló que aunque gane el «sí» el futuro del país continuará siendo «extremadamente difícil» y que Grecia deberá aceptar de forma obligatoria dolorosos ajustes. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, también subrayó que la negociación será «difícil».

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, que desde el 2012 considera que lo mejor sería la salida de Grecia del euro, indicó que antes de reanudar las negociaciones habrá que verificar «si se cumplen determinadas condiciones».

La última oferta del Eurogrupo incluía sustanciales ajustes presupuestarios, subidas en el IVA y recortes en pensiones, que los economistas ajenos a la troika estiman que agravarán la recesión  y el empobrecimiento de la mayoría de la población.