Tendencia teatral

¿Música 'versus' palabra?

La oferta de musicales en Barcelona es de 11 espectáculos y la de teatro de texto, 17, algo impensable hace unos años. ¿Lógico, proporcional, adecuado? No tengo la respuesta

A la izquierda, Ivan Labanda (Marqués de L'Echalonne) en pleno duelo con Toni Viñals (Scaramouche), en las funciones previas de la obra de Dagoll Dagom.

A la izquierda, Ivan Labanda (Marqués de L'Echalonne) en pleno duelo con Toni Viñals (Scaramouche), en las funciones previas de la obra de Dagoll Dagom. / periodico

JOSEP MARIA POU

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Los productores teatrales americanos e ingleses, Broadway y West End al alimón, se han atrevido, por fin, a lanzar conjuntamente la gran pregunta: ¿No estaremos produciendo demasiados musicales? Y, como en el cesto de las cerezas, han seguido otras muchas colgadas de la primera hasta formar un solo y contundente racimo: ¿No estaremos colonizando demasiados teatros con los musicales? ¿No estaremos perjudicando al teatro de texto ocupando demasiados escenarios durante demasiado tiempo? O, lo que es lo mismo, ¿no estaremos actuando de indeseable barrera dejando sin espacio al teatro de la palabra?

Una reflexión que llega en un momento en el que -de manera más acusada en Nueva York, no tanto en Londres- la oferta de teatro musical es, si se me permite el adjetivo, escandalosamente superior al resto. Juzguen ustedes mismos: a día de hoy, en la cartelera de Broadway, se puede escoger entre 25 musicales frente a 5 obras de texto. En Londres la proporción es más equilibrada, pero aún así llamativa: 26 frente a 22.

EL FENÓMENO DEL TURISMO

Por supuesto que esa desmedida oferta de musicales responde en gran parte, y en las dos ciudades por igual, al fenómeno del turismo. Ambas han hecho del teatro un gran reclamo para los visitantes. Personas que en su lugar de origen no han pisado nunca un teatro, se sienten en falta si, en su viaje de vacaciones a la Gran Manzana, no acuden a ver un espectáculo. Llegado el momento de elegir, la decisión cae, casi siempre, por el lado de lo más popular, lo más espectacular, lo más ligero, lo menos denso y, por encima de todo, lo que ofrezca menos dificultades con el idioma. Y todo ello lo encuentran, en las justas proporciones, en los escenarios del teatro musical. El tema da para mucho. Todo es teatro, me dirán. Cierto. Pero también es cierto que no es oro todo lo que reluce.

Hoy, en Barcelona, la oferta de musicales es de 11 espectáculos y la de teatro de texto, 17, algo impensable hace unos años. ¿Lógico, proporcional, adecuado? Yo no tengo la respuesta. Por eso es que lanzo la pregunta.