En sede vacante

La música secreta de Caravaggio

Josep Maria Fonalleras

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La historia de la pintura a veces es más entretenida que el más aparatoso de los seriales. La vida del señor Merisi, por ejemplo, es un cúmulo de circunstancias que el más atrevido de los guiones quizá no se atrevería a formular. Este señor, que ha pasado a las enciclopedias como Caravaggio, fue pintor (uno de los grandes, de los decisivos) y también asesino, jugó, se emborrachó y acabó muerto aún no se sabe cómo, víctima de un envenenamiento, de unas fiebres o del contacto cotidiano con el plomo utilizado en los cuadros. El hecho es que desde entonces han pasado 400 años. Para celebrar la efemérides, en Roma han montado una exposición magnífica, con óleos difíciles de ver en condiciones normales. Uno de ellos es la primera versión de La conversión de san Pablo, que tenía que ir a Santa María del Popolo y que fue rechazado porque parece ser que el caballo que montaba el santo tenía una presencia demasiado contundente. En la segunda conversión, que sí se encuentra en la iglesia, el animal levanta una pata colosal y su cabeza se diluye en una de las inquietantes penumbras del pintor. En cualquier caso, resulta que Berlusconi está dispuesto a pagar una fortuna por la primera, que es un cuadro francamente excesivo para tener en el comedor de casa.

Los 400 años de la muerte de Caravaggio nos aportan una curiosidad que hoy se escuchará en la Facultad de Letras de la Universitat de Girona. Ocultas en varias de sus pinturas se encuentran partituras reales que corresponden a piezas de compositores franceses de la época. Hoy, como clausura del curso y en homenaje al distinguido señor Merisi, Simone Gullì, al clavicémbalo, y la cantante Maria Altadill convertirán en sonido los trazos del artista. Una miniatura delicada que nos hablará de cultura, de curiosidad, de civilidad.