¿Alguien habla con Messi en Argentina?

Cierto, en esta Copa del Mundo hay ojos para todo el mundo, pero si hay alguien que se lo juega todo, ése es Leo Messi Cuccittini, la estrella del Barça, el icono de Argentina, el mejor jugador del mundo, el mejor jugador de la historia si hubiese escogido jugar con España cuando, por vez primera, pudo ser internacional y, tal vez, quién sabe, seguro, ¿no?, hubiera ganado más de un Mundial, fijo.

Todos, absolutamente todos los ojos del mundo ¡y miren que hay favoritos y artistas!, vuelven a estar depositados sobre la figura de la ‘Pulga’ que, de nuevo, tiene otra oportunidad de, no solo salvar a su país (ya lo decía Ruggieri en el anuncio de Quilmes “a Messi le pedimos mucho más de lo que le pedimos a Dios, le pedimos que nos cure la gripe”), sino de coronarse como el más grande de todos los tiempos. Y, de momento, ha fallado.

Por eso ha salido mamá Celia a agradecer a Argentina el cariño que le profesa a su hijo. Salió en ‘Diario de Mariana’, de Canal-13 TV de Argentina, y aseguró, cómo no, que “la ilusión de Leo es ganar el Mundial de Rusia”. "Pienso que la gente lo quiere mucho (a Messi) y eso se lo transmite, y está bueno, el cariño de la gente es lo mejor y es algo que él valora mucho. Lo veo con muchas expectativas porque su ilusión es traer la Copa (del Mundo)”.

La venganza de Messi

No solo los ojos, también la tinta, la letra, los artículos están dedicados a Messi en toda la prensa argentina. Por ejemplo, Nahuel Lanzia escribe en ‘Clarin’: “Messi estuvo mal. Golpeado en su ego. Enojado con él mismo. Y con los que hablan por él. Y ese sentimiento podría ser, vaya paradoja, hasta necesario para sentirse humano. Para tragar la angustia, hacer la digestión del pesado menú que tuvo a la culpa como plato principal y salir a la cancha de nuevo, liviano, liberado, acompañado. En busca de la revancha, con la bronca como nafta para su motor hecho de alma y de sangre, para que ahora sí arranque el mejor Leo en este Mundial al que llegó con ilusión como bandera”.

Es evidente y, en eso, los argentinos, los futboleros, los críticos futbolísticos, los que saben de fútbol, los que han mamado el fútbol, incluso los apasionados, señalan a Jorge Sampaoli como culpable de la situación y, por supuesto, pese a elogiar en todo momento su profesionalidad, trabajo y decisiones. Pero…casi todo el mundo coincide con Leo Farinella, que escribió esto en ‘Ole’.

Sampaoli y su caos técnico

“Sampaoli se mueve en el caos como pez en el agua. Cuando enfrentamos a un rival que desde el día del sorteo sabíamos que se iba a defender con dos micros doble piso tapando el arco, metimos doble cinco de contención, una jugada científica que quedará en la historia de las decisiones controversiales con ganas. Ahora que jugamos contra un par, porque Croacia está sin dudas al nivel de Argentina, con jugadores que se destacan en los principales equipos del mundo, el técnico está decidido a poner en defensa una línea de tres”, empezaba su disertación Farinella.

“Sampaoli, está claro, nos empuja al límite del desconcierto”, siguió escribiendo el experto de ‘Ole’. “Es cierto que dada la precariedad de nuestros conocimientos no hace falta demasiado, pero el tipo se divierte mareándonos. Se quejó del poco tiempo de trabajo que tuvo en la etapa angustiante de las Eliminatorias y lo mismo repitió en los amistosos, pero ahora que tuvo un mes para entrenar y llega un partido que puede resultar decisivo para el futuro en la Copa del Mundo, recurre a un sistema que no fue justamente el más trabajado. ¿En qué quedamos?”

Ser más 'messista' que Messi

Y, cómo no, también hay quien defiende en Argentina que alguien debería decirle la verdad a Messi, que alguien tendría que contarle lo que piensan de él, cual es su papel, qué misión le han designado o, como poco, que se espera de su inteligencia, experiencia y fútbol. Por eso, Enrique Gastañaga cuenta en ‘Clarin’ la siguiente tésis

“Ser más ‘messista’ que Messi, no animarse a decirle que no al genio de este juego fantástico, resulta un verdadero problema que afecta en forma directa a la Selección y también al propio Leo. Genera curiosidad saber si nadie se atreve a proponerle contrapuntos porque todos ya saben y están advertidos de que Leo no los acepta. O porque, en realidad, imaginan que él no los aceptará y, para evitar un distanciamiento del genio, no le marcan las diferencias. Entonces, a su alrededor, todos, o casi todos, actúan de acuerdo a lo que suponen y/o interpretan de sus gestos y actitudes”.

Y Gastañaga termina diciendo: “Jorge Sampaoli se enamoró de Messi. Y está muy bien. Es lógico. Cualquier entrenador, cualquier futbolero, queda atrapado por el magnetismo de semejante crack, uno de los mejores de la historia."El equipo de Messi", dijo hace un tiempo el técnico. Se subordinó en una forma total, tanto que arrancó el Mundial con un equipo que, dejaba sus "gustos de lado".