TRIBUNA

Mujeres, TIC y Unión Europea

La imagen que tienen las instituciones de lo que es una mujer europea es la de un sujeto blanco, de clase media y sin ninguna discapacidad física o mental

Un usuario de Twitter lee mensajes de esta red social en el móvil frente al logo del pájaro, símbolo de la misma.

Un usuario de Twitter lee mensajes de esta red social en el móvil frente al logo del pájaro, símbolo de la misma.

MARTA ROQUETA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Parlamento Europeo organizó en Bruselas una jornada sobre empoderamiento de mujeres y niñas en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Parlamentarios, periodistas, activistas y directivas de empresas tecnológicas participaron en el evento, cosa que permitió hacerse una idea del amplio enfoque que tiene el Parlamento Europeo sobre la cuestión.

La jornada mostró que existían tanto una diagnosis sobre la situación como medidas para mejorarla. Se habló de formar a las niñas para que puedan acceder a trabajos técnicos en el sector TIC, del número de redactoras y directivas en los medios, de acoso sexual en el trabajo, de conciliación familiar, de discursos de odio en el mundo digital y de estereotipos sexistas presentes en la publicidad y los medios.

Convenio de Estambul

Sin embargo, como apuntaron algunos ponentes, las políticas de igualdad en la Unión Europea dependen más de los estados miembros que del Parlamento. Ejemplo de ello es la poca implementación del Convenio de Estambul, dedicado a la lucha contra la violencia machista. Una no podía evitar preguntarse qué parte de todo aquél trabajo terminaba materializándose en políticas concretas. No ayudó a disipar dudas que no se hablara del seguimiento de políticas públicas ni de su evaluación.

Tampoco se abordó cómo la raza, la clase social o la diversidad funcional condicionaban el acceso a las nuevas tecnologías, así como su uso. Ello lleva a plantearse si la imagen que tienen las instituciones de lo que es una mujer europea es la de un sujeto blanco, de clase media y sin ninguna discapacidad física o mental. Algo que haría que las políticas adoptadas no fueran del todo efectivas, o, incluso, que acentuaran brechas digitales entre europeas.

Economía productiva

Algunos ponentes defendieron empoderar a las mujeres en el ámbito de las TIC porque beneficia la economía productiva. Que una razón de peso para garantizar la igualdad de oportunidades sea que toda la sociedad se va a beneficiar de ello, y no que las mujeres tengan derecho a una vida plena en una era marcada por las TIC, perpetúa una visión de la mujer como sujeto al servicio de la comunidad, clave en la opresión de género.

Tal vez como consecuencia de este enfoque, en la jornada no se profundizó en cómo las nuevas tecnologías afectan la vida diaria de las mujeres –a excepción de un breve apunte sobre los beneficios para las mujeres del mundo rural–. A duras penas se abordó cómo las TIC condicionan aquellos espacios que tradicionalmente han ocupado las mujeres, como el privado, así como aquellas tareas de cuidados y domésticas –y sus saberes– que ellas siguen desarrollando mayoritariamente.

Por lo visto en la jornada, una podía concluir que tan importante era para el Parlamento Europeo que las europeas puedan acceder al conocimiento, como que el conocimiento generado por ellas sea accesible para los demás. No obstante, sin políticas que tengan en cuenta la diversidad de las experiencias de sus ciudadanas, y que pongan en valor todos los conocimientos generados, ambos objetivos son más difíciles de conseguir.