EN CLAVE EUROPEA

Muchas incógnitas aún sobre el 'brexit'

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Eliseo Oliveras

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El proyecto de Acuerdo de Retirada del Reino Unido de la Unión Europea (UE) concluido esta semana por la primera ministra británica, Theresa May, y los Veintisiete deja muchas incógnitas por resolver y no garantiza que pueda evitarse un brexit caótico a partir de la medianoche del próximo 29 de marzo. May defiende el acuerdo de 585 páginas como el "único posible", en medio de las dimisiones de su Gobierno y del cuestionamiento de su liderazgo desde las propias filas conservadoras. Pero la aritmética en la Cámara de los Comunes convierte en muy problemática la preceptiva aprobación parlamentaria del acuerdo, como dejó bien patente el debate del pasado jueves.

El Partido Conservador de May cuenta actualmente sólo con 315 escaños de los 650 que forman el Parlamento británico. May gobierna desde las elecciones de junio del 2017 con una frágil mayoría gracias a su alianza con los diez conservadores norirlandeses del Partido Democrático Unionista (DUP).

Los unionistas denuncian que la integridad del Reino Unido queda socavada a causa de la red de seguridad exigida por la UE para evitar el restablecimiento de una frontera física entre Irlanda y la Irlanda del Norte británica que dañaría los Acuerdos de Paz de Viernes Santo de 1998. En el debate parlamentario, los unionistas se alinearon con los conservadores partidarios del brexit duro al afirmar que el acuerdo convierte al Reino Unido en un "estado vasallo" de la UE durante el periodo transitorio, por lo que May no puede contar con sus votos.

El rechazo laborista

Sumando los conservadores fieles al Gobierno, los moderados y los que defendían permanecer en la UE, May podría tener asegurado el voto de unos 235 diputados, muy lejos de los 325 que necesita para aprobar el acuerdo. Los tories defensores del brexit duro aseguran sumar 80 escaños, pero en una votación decisiva esa cifra podría quedar reducida a la mitad. Incluso en ese caso, a May le seguirían faltando 50 votos.

Entre la oposición, May tiene muy difícil obtener apoyos, ya que los laboristas de Jeremy Corbyn (257 escaños) rechazan el texto pactado y buscan una convocatoria anticipada de elecciones que podría darles la victoria. La premier podría aspirar a obtener el respaldo de la veintena de laboristas rebeldes, pero le seguirían faltando votos. Los nacionalistas escoceses (35) y galeses (4) y los liberales (12) también están contra el acuerdo.

May tampoco puede contar con el apoyo ciudadano. El sondeo que acaba de realizar YouGov muestra que el 85% de los británicos considera que el proceso del brexit se está gestionando de forma desastrosabrexit, el 75% estima que lo que se propone ahora con el acuerdo no tiene nada que ver  con lo que se prometió hace dos años y un 51% es partidario de celebrar un nuevo referéndum si fuera a producirse una salida de la UE sin acuerdo.

Precisamente, el Tribunal de Justicia de la UE celebrará a final de mes una vista oral sobre si el Derecho europeo permite al Parlamento británico cambiar de opinión sobre el brexit y decidir permanecer en la UE sin que el resto de los Veintisiete pueda oponerse. El procedimiento de clarificación sobre la interpretación del artículo 50 del Tratado de la UE ha sido planteado por el Tribunal Supremo Civil de Escocia y diputados nacionalistas escoceses.  

Estrategias arriesgadas

May confía en que el pánico a una salida de la UE sin acuerdo y la posibilidad de una victoria de Corbyn en unas elecciones anticipadas doblegue in extremis a unos y a otros para lograr en diciembre la mayoría parlamentaria necesaria. Es una estrategia arriesgada, que si falla sumaría al Reino Unido en el caos político a tres meses de abandonar la UE.

Además, la aprobación del acuerdo es sólo es el primer paso, ya que únicamente regula las condiciones de salida británicas. El alcance y las características de la futura relación que mantendrán el Reino Unido y la UE aún están por definir. Los ministros de Asuntos Exteriores de los Veintisiete tienen previsto aprobar el 19 de noviembre una declaración política sobre los principios y objetivos de esas futuras relaciones. La declaración tendrá un carácter genérico que permita a May presentarla como un éxito político, pero no será jurídicamente vinculante. La declaración acompañará el acuerdo de salida que debe suscribirse en la cumbre extraordinaria europea del 25 de noviembre.

Las negociaciones sobre los detalles de la futura relación comercial, económica y política del Reino Unido con la UE, que comenzarán una vez se haya materializado el brexit, serán mucho más difíciles y complejas que las del acuerdo de divorcio, que han requerido 18 meses. Por ello, ya se ha previsto la posibilidad de alargar el periodo transitorio, que debería finalizar inicialmente el 31 de diciembre del 2020.