Montserrat y Jordi Gómez: "Pasamos unas navidades con Yul Brynner"

Defienden el legado de su padre y su tío, los hermanos Gómez Grau, fotografos del Hollywood que rodó en España

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zentauroepp43637549 barcelona 06 06 2018 entrevista con montserrat y jordi gom180607140448 / Carlos Montañés

Núria Navarro

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Montserrat y Jordi Gómez son hijos (y sobrinos) de los hermanos Gómez Grau, dos fotógrafos de la Cervera de posguerra que se movieron como peces en el agua en las producciones de Hollywood rodadas en España.

El tío, Claudi, que nació en 1907 y siempre permaneció soltero, fue el que abrió camino. Frederic, de 1920, siguió sus pasos a la vuelta de tres años en un campo franquista de trabajos forzados en Algeciras. La Filmoteca de Catalunya rescata sus trabajos en la exposición 'Prop de Hollywood'.

Esta foto de Ava Gardner en la cama es magnética.

M.G.: ¡Tiene una historia!

J.G.: La actriz había roto con el torero Mario Cabré de una forma algo violenta. Cuando comenzó el rodaje de '55 día en Pekín', le presentaron a mi tío Claudi como el encargado de la foto fija. 

M.G.: Al decirle que era catalán, respondió airada: "¡No lo quiero ver ni en pintura!". Lo vetaron.

J.G.: Pasó el tiempo, ella alquiló un apartamento en Madrid y pidió que alguien la fuera a retratarla en su casa. Enviaron a mi padre, que cargó un camión con material, montó un despliegue y las fotos le encantaron. "Ava, este es el hermano de aquel que vetaste". Y ella sonrió.

Su padre y su tío trabajaron juntos en muchas películas de Samuel Bronston.

M.G.: En 'Salomón y la reina de Saba''Rey de reyes''El Cid''La caída del imperio romano''55 días en Pekín' y 'El fabuloso mundo del circo'.

J.G.: Mi tío en la foto fija y mi padre se encargó del laboratorio, al frente de seis personas, algunos norteamericanos. Recuerdo nuestra visita a los decorados de '55 días en Pekín'. ¡Ver Pekín a 40 kilómetros de Madrid era como ir a Eurodisney!

Los hermanos Gómez debían ganar un dinero.

M.G.: Los cuatro años con Bronston, en los 60, fueron tan buenos que mi padre compró un piso. Poco después, de un día para otro, Bronston quebró. Tuvo que alquilar el piso a unas americanas de Torrejón durante dos años y, mientras no llegó 'Doctor Zhivago' (1965), 10 meses después, vivimos con mi tío.

Ellos eran hijos de un barbero de Cervera. ¿Cómo acabaron en ese mundillo?

M.G.: Al tío Claudi, que odiaba la barbería, el historiador y arqueólogo Agustí Duran i Sanpere, amigo de la familia, le regaló una cámara de fotos cuando tenía 15 años. Entusiasmado, empezó a presentarse a concursos y a colgar las fotos de amistades en la barbería.

F.G.: A la que pudo, montó un estudio fotográfico propio, al que añadió una emisora de radio. Cayó en sus manos una cámara de cine y, entre otras cosas, rodó una visita de Alfonso XIII a Cervera. Nos contaron que se le encalló justo cuando el rey pasaba por delante y este le dijo: "No te preocupes, que ya espero".

M.G.: Pero Cervera se le quedó pequeña y saltó a un estudio fotográfico de Lleida. Entonces vio una película del operador de cine Manolo Berenguer y le escribió una carta entusiasta. A Berenguer le hizo gracia y le dijo que fuera a Madrid. La primera película en la que participó haciendo foto fija fue 'Cielo negro' (1951) de Manuel Mur Oti.

¿Su padre se incorporó al cine más tarde?

M.G.: En 1955. Yo tenía 11 años y Jordi, uno. Para él fue una decisión complicada. Los rodajes duraban cuatro o cinco semanas. No había seguridad. Mi tío, que siempre fue soltero, vivía en una pensión en Madrid y, al acabar los contratos, volvía a Cervera.

J.G.: La primera película de mi padre fue 'Torrepartida', de Pedro Lazaga, que rodaron en invierno, en Albarracín. Para allá se fue en Vespa, muy resfriado.

M.G.: El trabajo aumentó y un día mi abuela paterna le dijo a mi madre que no convenía que un hombre estuviera solo en Madrid, y más en ese ambiente. Así que mamá se mudó con mi hermano y yo me quedé con la abuela para acabar el bachillerato.

J.G.: Yo tenía poco más de cuatro años. Me recuerdo corriendo por los pasillos de Sevilla Films, donde mi padre tenía el laboratorio. Como era extrovertido y pelirrojo, un productor quiso que trabajara en películas. De hecho participé en una. Al regresar le dije a mi madre que la "mamá del cine" era más guapa que ella.

M.G.: Se lo recordó toda su vida...

¿La separación fue dolorosa?

J.G.: Yo recuerdo que nos encontramos todos en Dénia, un verano, donde rodaban la película 'John Paul Jones'.

M.G.: Era una película con barcos de vela, vestuario de época… Cuando ya vivimos juntos, viajamos por toda España siguiendo los rodajes y yendo a las fiestas.

¿Se codearon con estrellas?

M.G.: Solíamos pasar la Navidad con todo el equipo y se hacían regalos. Pasamos la de 1958 con Yul Brynner, que rodó en Zaragoza 'Salomón y la reina de Saba'. Jordi tiene una foto sentado en sus rodillas.

J.G.: Brynner fue el sustituto de Tyrone Power, que murió de un infarto cuando rodaba una escena con espadas. Nuestro tío Claudi corrió a llamar al médico del rodaje.

¿Su madre aguantó el ritmo?

M.G.: Ella, que había sido sastra, se ocupó de todos, y eso que ellos dos eran vegetarianos y nosotros teníamos que comer de todo. 

Ustedes no se dedicaron al cine.

M.G.: Yo he sido profesora de instituto hasta la jubilación.

J.G.: Yo, reportero de informativos de TVE en la época dura de ETA. Pero no cambiaría aquellos años del cine por nada.

M.G.: Yo tampoco. Fueron dos hombres autodidactas y avanzados a la época.

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