Opinión | LIBERTAD CONDICIONAL

Lucía Etxebarria

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Mitos y mentiras sobre el toro bravo

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Hace apenas una semana subí una foto a Twitter acariciando a un toro de campo con la siguiente frase: «Y luego diréis que el toro es bravo por naturaleza». Primero me pusieron a parir diciendo que eso era una vaca, un ternero o un buey. Hasta que subí otra foto en la que se le veían los cojones al toro. Entonces dijeron que vale, pero que no era un toro de lidia. En ningún momento yo había dicho que lo fuera. Hicieron memes a mi costa, me sacaron en televisión y en varios periódicos, me llamaron mema e idiota. Intentaron descalificarme por todos los medios posibles.

Por miedo.

La tauromaquia es negocio para unos pocos toreros, rejoneadores y ganaderías. O para toreros que además son ganaderos, y/o empresarios taurinos y/o incluso apoderados de otros toreros y de novilleros. En resumen: un sector endogámico donde los haya, que resiste a duras penas el cuestionamiento social desde hace algunos años. ¿Qué sostiene esta actividad de la que se lucran, repito, unos pocos? Las subvenciones. Subvenciones que ellos niegan por activa y por pasiva.

Un sector subvencionado

La UE otorga primas a las ganaderías por diferentes conceptos: nacimientos, vacas nodrizas, machos jóvenes y adultos, sacrificio y extensificación. El PAC (Plan Agrario Común) también subvenciona las explotaciones de ganado de lidia en función de las hectáreas de dehesa. En el año 2011, el Parlamento Europeo concedió 129, 6 millones de euros en concepto de ayudas a la ganadería de lidia. El Estado español aporta quizá 500 millones anuales en subvenciones directas e indirectas por parte de los diversos organismos del Estado. La Comunidad de Madrid, por ejemplo, ha destinado cinco millones de euros en un año.

Es falso que el toro de lidia sea bravo por naturaleza: solo es más grande y no ataca si no se siente atacado

Cada familia española está subvencionando a este lobi con parte de sus impuestos.

¿Quién no se apunta a un negocio cuya promoción y difusión sale gratis? ¿Quién no se apunta a un negocio que, según los propios taurinos, te lleva a tener acceso a los círculos de la aristocracia y a los personajes que atesoran las grandes fortunas en nuestro país?

Un lobi poderoso

El lobi taurino es un lobi poderoso y millonario que defiende su chiringuito con uñas y dientes, y que va a muerte contra quienes lo cuestionan. Y hace correr mitos. Pero esos mitos son falsos.

Es falso que el toro de lidia sea bravo por naturaleza. Eso es genética elemental. Si existiera un rasgo conductual transmisible genéticamente que solo se diera en los toros de lidia y no en los toros de campo, habría que clasificar al toro de lidia como especie diferente al toro de campo, y no es así. El toro de lidia no es más bravo que el toro de campo. Es solo más grande. De la misma forma que un pitbull no es más agresivo que un caniche: ambos son perros. Solo que el pitbull es más grande y posee una mandíbula más poderosa (mi caniche, por cierto, muerde y gruñe si alguien se acerca a mi hija).

El animal está asustado y lucha por su vida, pero aun así el torero debe agitar un capote para que le embista

Un toro de lidia no ataca si no se siente atacado: sale al ruedo corriendo porque sale desde un chiquero oscuro hacia la luz, y porque le han dado un puyazo. Le han hecho daño y sale asustado. Inmediatamente, rejoneadores y banderilleros le arponean. ¿Ha estado usted en una corrida en tendido cero? Yo sí. Se ve la sangre manando a borbotones como en un surtidor. No es algo agradable de ver, créame. El animal está asustado, lucha por su vida. Pero también está débil. Incluso así, el torero debe ponerse casi delante del todo y agitar un capote para que el toro le embista; porque, si no, no lo haría. 

Nueve de cada diez españoles nunca irán a los toros

Ya le digo yo que si me dejan pasear por una dehesa a una distancia prudencial los toros no vienen a por mí. ¿Que como lo sé? Porque si leen 'Beatriz y los cuerpos celestes' verán que se habla mucho de El Escorial. Hace 35 años, antes de que el pueblo se sobreurbanizara, yo pasé varios veranos allí, y entonces (ahora ya no) había dehesas en el pueblo. Para llegar a mi casa y acortar camino he atravesado varias.

No, señores, un toro de lidia no es ni más ni menos bravo que uno de campo. No es una especie diferente. No ataca porque esté en su naturaleza. Ataca porque es salvajemente torturado y lucha por su vida. No, señores, España entera no está contra de mí por mucho que «ardan las redes». Nueve de cada diez españoles no han ido ni irán nunca a los toros, y cuando se retransmiten corridas en RTVE la audiencia es la mínima (solo comparable a cuando se retransmite la misa). No, señores, no soy una inculta. Y no, señores, una mentira repetida no se convierte en una verdad. 

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