Al contrataque

Mirada corta

Muchos y muchas de los pensionistas que salen a la calle no solo exigen algo más que un 0,25% de subida ínfima sino también una mirada de luces largas para lo que nos viene encima en los próximos años

manifestacion pensiones

manifestacion pensiones / periodico

Ana Pastor

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Es difícil pedir equilibrio y mesura cuando se pone en juego el pan. Esa es la sensación que estos días tiene mucha gente mayor en nuestro país. Desde hace semanas estamos viendo cómo miles de pensionistas salen a protestar en ciudades como Madrid, Bilbao, Sevilla, Vigo o Barcelona. Y entre quienes lanzan las reivindicaciones no hay gente acomodada con ganas solamente de montar lío en la calle. En nuestro país hay más de 8,7 millones de pensionistas. De ellos, más de cinco millones tienen una asignación menor a mil euros.

Se ha dicho muchas veces, pero no está mal recordarlo, que en ese grupo encontramos a quienes en la etapa más dura de la crisis, entre los años 2010 y 2015, mantuvieron, acogieron y protegieron económicamente a hijos y nietos en una travesía durísima; de supervivencia en muchos casos. Todo bajo el paraguas y el umbral de los mil euros. Y muchos y muchas de los que ahora salen a la calle no solo exigen algo más que un 0,25% de subida ínfima sino también una mirada de luces largas para lo que nos viene encima en los próximos años.

El otro día, Ines Calderón, periodista de 'El Objetivo', proporcionaba un par de datos que deberían estar en el centro de la reflexión. Por un lado, un informe de la Comisión Europea asegura que en el año 2060 las pensiones serán solo el 50 por ciento del sueldo. Es decir, los actuales 'milenials' (los jóvenes nacidos en los años 90) solo podrán aspirar a esa tasa llamada de reemplazo frente a la actual, que está en torno al 80 por ciento. Por tanto está claro que es un problema que nos afecta a todos ya.

Esfuerzo de ahorro

Es sorprendente escuchar a algunos dirigentes políticos pedir a esa joven generación un esfuerzo de ahorro sabiendo el momento laboral en el que muchos se encuentran con tasas de precariedad «históricas» (uno de cada cuatro contratos dura menos de una semana). ¿Quién de esa generación se va a poner a ahorrar para una pensión futura con un contrato de seis meses y teniendo que prever lo que pueda necesitar cuando se le acabe el trabajo?

Otro dato inquietante tiene que ver con las medidas. La hucha de las pensiones llegó a tener 66.000 millones de euros en el año 2011 y ahora mismo se encuentra en solo 8.000 millones. La descapitalización llevada a cabo por el Gobierno es donde quizá deberíamos situar el foco del reto.

En el pleno del Congreso celebrado el pasado miércoles no hubo demasiada mirada al futuro. Pero basta con repasar los programas electorales para saber lo que propone cada cual. En estos días no estaría de más que todos revisemos las propuestas de los partidos políticos para poder tener una opinión formada de las opciones que tenemos a futuro. Para que luego no nos llevemos sorpresas.