Editorial

Millet confirma el 3%

El testimonio del saqueador confeso del Palau desvela el sistema de financiación ilegal de la antigua Convergència

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Con una ligereza impropia de la gravedad de los hechos, Jordi Montull había prometido «diversión» en el juicio por el saqueo del Palau de la Música, en referencia a su intención de desvelar la financiación ilegal de la antigua Convergència Democràtica de Catalunya (lo que se conoce como el sistema del 3%) a cambio de una rebaja de la pena de su hija, Gemma. Ayer, Fèlix Millet, el expresidente del Palau y saqueador confeso de la institución, se unió a su número dos y en un demoledor testimonio  corroboró ante el juez lo que desde hace siete años varias investigaciones (entre ellas, periodísticas  encabezadas por este diario) han ido desvelando: que CDC recibía dinero en concepto de comisión a cambio de la adjudicación de obra pública. Una frase del testimonio de Millet resume a la perfección lo que sucedió en la Ciutat de la Justícia: «Ferrovial hacía donaciones para que el dinero fuera a CDC a cambio de obra pública. No lo dije en mi confesión del 2009, pero es la verdad». Claro y contundente.

No es en absoluto divertido lo que ayer detalló en su testimonio Millet: admitió comisiones del 4% («2,5% para CDC, 1% para mí y 0,5% para Montull»), afirmó que efectuó pagos en efectivo a Carles Torrents (ya fallecido, tesorero de CDC hasta el 2005) e implicó al sucesor de Torrents, Daniel Osàcar, en el sistema de comisiones. En su turno, Gemma Montull, exdirectora financiera. implicó a Osàcar en la falsificación de facturas.

En términos legales, la confesión de Millet certifica su condición de saqueador confeso de la prestigiosa institución que presidía, un delito por el que debe responder ante la justicia. Pero en términos políticos lo sucedido en el Palau tiene unas connotaciones que no pueden ni deben soslayarseArtur Mas queda obviamente muy tocado por la descripción de un sistema de financiación ilegal tan metódico como el descrito por Millet. Si el sucesor de la antigua Convergència, el PDECat, quiere ser creíble cuando afirma que es un partido nuevo que ha abandonado las prácticas de la formación de la que lo ha heredado todo menos las siglas, la transparencia, la colaboración con la justicia y la ruptura con los implicados son imprescindibles. El testimonio de Millet debe servir para dar carpetazo a esa forma patrimonial de entender la política y a quienes la instigaron o toleraron.