Michel Temer, en su laberinto

El cerco es muy estrecho sobre el primer presidente de Brasil en el poder denunciado por corrupto

El presidente de Brasil, Michel Temer.

El presidente de Brasil, Michel Temer. / periodico

ANTONI TRAVERIA

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Michel Temer se ha ido quedando solo y está acorralado en su laberinto. Ni sus partidarios políticos, ni siquiera los poderes fácticos que le dirigieron y secundaron en la conspiración política que destituyó a Dilma Rousseff, le muestran ahora la más mínima consideración. Quemado por los escándalos protagonizados en su entorno cercano desde el minuto dos de su presidencia, solo queda por despejar hasta dónde llega su capacidad de resistencia. A modo de puntilla, el penúltimo episodio lo ha interpretado su mano derecha, Guedel Vieira Lima, exministro que ya tuvo que dimitir por tráfico de influencias en noviembre, encarcelado ahora por la acusación de fraude contra el banco Caixa Económica Federal a favor de empresas privadas y a cambio de sobornos. 

El cerco es ya muy estrecho para el primer presidente de la historia de Brasil denunciado por corrupción, obstrucción a la justicia y asociación ilícita en pleno ejercicio de sus funciones. El margen de maniobra es prácticamente nulo. En este proceso, la Cámara de Diputados ya no le garantiza la protección ni por su propio partido y demás aliados de conveniencia. Como alternativa, su renuncia conllevaría su procesamiento y el de la mayoría de sus ministros, forzados a dimitir. Una encrucijada política e institucional con unas encuestas de opinión que sitúan en un muy pobre 7% el grado de aceptación de la gestión del gobierno, la valoración más baja de los últimos 28 años. 

"NO ME FALTA CORAJE"

«No huiré de la batalla, ni de la guerra que tengo por delante… no me falta coraje…», dijo Temer, en tono intimidatorio hacia Rodrigo Janot, el fiscal general que le acusa de recibir sobornos. Las pruebas conocidas son poco discutibles. Existe la grabación de un encuentro entre el empresario Joesley Batista, de la empresa frigorífica JBS, y el propio Temer, acordando el pago de sobornos y la intimidación de jueces.

Además, el fiscal envió al Tribunal Supremo otra filmación en la que puede verse a Rodrigo Roucha Loures, transportando en un maletín 500.000 reales (165.000 dólares) en efectivo, con destino a Michel Temer. El ya exdiputado Roucha, encarcelado en junio, era de los pocos hombres de confianza estricta que le quedaban. El expresidente Fernando Henrique Cardoso le prestó apoyo a Temer en su asalto al poder; ahora le sentencia: «Apelo al presidente para que medite sobre la oportunidad de un gesto de grandeza, con el que ganará la anuencia de la sociedad para conducir una reforma política y convocar nuevas elecciones». 

El adelanto electoral es un clamor, pero existe un obstáculo que anular, fundamental para quienes planearon la destitución de Rousseff. Todas las encuestas otorgan a Lula da Silva un mínimo del 40% de sufragios en una elección a la que aún no ha anunciado si se presentará. Hay quien le otorga incluso el triunfo en primera vuelta. Lula era y es ahora el enemigo a destruir.