Agitación demagógica contra la inmigración

Mentiras y xenofobia en campaña

Las cifras demuestran que no hay discriminación positiva para los extranjeros que viven en Catalunya

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XAVIER Rius

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Tras las últimos actos y declaraciones de Xavier García Albiol y Alicia Sánchez Camacho en Badalona, parece claro que de aquí al 28 de noviembre la gestión de la inmigración y, sobre todo, la agitación demagógica del fenómeno será uno de los temas estrella del Partido Popular. No solo porque agitar los miedos a la inmigración es electoralmente rentable en esta época de crisis, sino, sobre todo, porque el PP en Catalunya, legitimando las tesis de García Albiol, ha decidido competir con Plataforma per Catalunya por el espacio electoral de la extrema derecha xenófoba. Un discurso que, pese a los silencios de Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal, parece que el PP de Madrid no asume, no solo porque el voto rumano y latino tendrá peso en los comicios de mayo en los municipios, sino, también, porque gobierna en el ayuntamiento y en la comunidad, y sabe lo compleja que es la gestión de este fenómeno ante el que no valen promesas demagógicas.

El PP catalán dio el paso hacia el abismo xenófobo no tanto con la visita a Badalona de la eurodiputada Marie Thérèse Sanchez Schmid en busca de asentamientos de gitanos, sino con las declaraciones de Sánchez Camacho del pasado día 19 en la botifarrada que realizó el partido en Badalona, afirmando que su objetivo es conseguir a partir de ahora que «ningún inmigrante tenga más derechos que un español». Con ello legitima los falsos argumentos y rumorologías según los cuales los inmigrantes, por su condición de extranjeros, no pagan impuestos al abrir un comercio o pasan por delante de los españoles a la hora de acceder a ayudas.

García Albiol ya obtuvo unos excelentes resultados en las pasadas elecciones municipales, pasando de cinco a siete concejales, tras agitar los miedos a la inmigración y relacionar inmigración con delincuencia, y sobredimensionado problemas que hay en algunos barrios. Digo que sobredimensionaba los problemas y la percepción de los mismos, sin aportar propuestas de solución, más allá que unirse a las voces de vecinos que rechazan mezquitas o proponiendo expulsiones imposibles, porque en Badalona solo el 15% de la población es inmigrante. Está, por tanto, un punto por debajo de la media de Catalunya, dos puntos y medio por debajo de la de Barcelona y ocho puntos por debajo de la de L'Hospitalet.

Sánchez Camacho dijo también en Badalona que pensaba visitar los próximos días Vic, El Vendrell y Salt, mostrando con ello la voluntad de competir con Plataforma per Catalunya en su propio terreno. En Vic tenemos a Josep Anglada con cuatro concejales, clamando en los plenos municipales contra la islamización de la ciutat dels sants, pese a que en ella solo haya dos mezquitas y repitiendo que el ayuntamiento da todas las ayudas sociales a los magrebís y subsaharianos a los que denomina moritos y negritos. En El Vendrell está August Armengol, también con cuatro concejales e idéntico mensaje, que ha conseguido convertirse en sostén del alcalde de CiU, Benet Jané, que, con siete concejales, los mismos que el PSC, gobierna en minoría. En Salt, municipio que, durante los ocho años en que gobernó CiU, pasó de tener 1.000 a 10.000 inmigrantes, la alcaldesa socialista, Iolanda Pineda, intenta resolver los problemas de hacinamiento del sector centro del municipio, pese a la hostilidad de algún grupo vecinal, de Plataforma per Catalunya y de la misma CiU, en cuyos años de gobierno se creó el problema. Así, no solo no se valora suficientemente los programas de mediación e intervención en las comunidades de vecinos con alto índice de morosidad y pisos embargados, sino que se rechaza la propuesta de derribo de algunos de los bloques de la zona centro para recolocar a los vecinos en pisos embargados por entidades bancarias en bloques contiguos, que serían permutados.

Cuando Sánchez Camacho proclama que hay que acabar con que los inmigrantes tengan más derechos que los autóctonos no solo miente, sino que da la razón a Anglada, quien, frotándose las manos, repite que él es original, mientras que Camacho y Albiol son la copia. Sánchez Camacho y Anglada mienten: es totalmente falso que exista discriminación positiva hacia los inmigrantes.

Si miramos los datos del 2009 sobre beneficiarios de servicios sociales en Vic, municipio con un 25% de extranjeros, veremos que solo el 17% de las personas asistidas no eran españolas. Y en cuanto a las cantidades donadas o aportadas en prestaciones y servicios, solo el 28,36% de los recursos fueron para no españoles. Lo mismo ocurre en El Vendrell, donde una gran parte de los nuevos beneficiarios no son los magrebís, que, como en Vic, parece que molestan por su visibilidad, sino familias con problemas que residen en la que fuera la segunda residencia de sus padres o abuelos. Y lo realmente dramático no sería que, como ocurre en muchos parlamentos europeos, diputados racistas se sienten en el hemiciclo catalán. Lo lamentable es que el PP asuma su discurso.

Periodista.