Análisis

La mentira es barata

El director ejecutivo y fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, durante una rueda de prensa en Palo Alto, Estados Unidos, en mayo del 2010.

El director ejecutivo y fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, durante una rueda de prensa en Palo Alto, Estados Unidos, en mayo del 2010. / ROBERT GALBRAITH

Jordi Costa

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Un informe de la consultora Gartner advierte que más de la mitad de noticias que circularán en el 2.022 serán  falsas. Si el informe es certero, su pronóstico es demoledor. Las redes sociales constituyen una formidable cadena de trasmisión de noticias, comentarios y opiniones por lo que, quienes usamos las redes sociales, no podemos rehuir nuestra responsabilidad como difusores de noticias falsas.

El Whatsapp, medio idóneo para difundir banalidades, no es precisamente un instrumento adecuado para construir razonamientos elaborados, pero es un medio muy utilizado para comunicar y opinar.

La inmediatez de las redes sociales nos impulsa a opinar sobre ciencia, derecho, economía, noticias, sin saber muy bien de lo que hablamos. Retuiteamos noticias indiscriminadamente, que no sabemos si son ciertas; algunas son simplemente absurdas. Este fenómeno no es nuevo. Previamente a la existencia de internet y de los smartphones, los seres humanos ya nos dejábamos seducir por la charlatanería (“bullshit”, según el concepto acuñado por el filósofo Harry Frankfurt). Nos convertimos en charlatanes cuando enunciamos afirmaciones de las que desconocemos su veracidad, pero que pretenciosamente difundimos como si fueran ciertas. Es cierto que no se pretende mentir, sino más bien aparentar que estamos informados, pero en ese contexto, la verdad es secundaria.

El mentiroso puede ponerse límites y dejar de dañar conscientemente con la mentira, pero el charlatán, no consciente de si dice verdad o mentira, no se siente mentiroso, por lo que es probable que no se imponga límites.  Quién miente a sabiendas, tiene el dominio de la situación, conoce la verdad pero la falsea. Quién miente sin saberlo, es un mentiroso inconsciente. Valorar qué actitud es mejor o peor, lo dejo al lector para que piense en ello.

Por otro lado, es fácil creerse las noticias que “confirman” o están en línea de nuestras creencias y no hacer caso a las noticias que las contradicen. Las “compramos” rápido y las difundimos aún más rápido. ¿Por qué no pensamos antes de difundir lo que no sabemos? Pensar es el mejor antídoto contra las 'Fake News' y la charlatanería.  En la actualidad, es fácil acceder a una ingente cantidad de información. Pero información no equivale a conocimiento. Buscar más fuentes, leer, pensar y analizar, constituyen la metodología para transformar información en conocimiento, para filtrar la charlatanería y para identificar las noticias falsas.

El pensamiento crítico y el conocimiento nos permiten ser libres. La información mentirosa y el seguidismo acrítico nos convierten en esclavos de la mentira. Si la consultora Gartner acierta, en 2.022 será más difícil ser libre y más sencillo ser esclavo. Pero será así, si cada uno de nosotros lo permitimos. La mentira es barata, pero lo barato sale caro.

La inversión anunciada por Facebook pone de relieve la transcendencia del fenómeno. Nos jugamos mucho.