Mejor que Le Carré

Ni la mejor novela de John Le Carré es tan amplia, tan reveladora, ni llega tan lejos como los documentos filtrados por Wikileaks. Ya hace mucho que superamos la edad de la inocencia, pero acceder a miles de papeles que certifican las vergonzantes actividades de la diplomacia estadounidense no deja de sobrecogernos.

Conspiraciones, actos de espionaje en la ONU, elaboración de informes críticos -incluso cotilleos-de los principales líderes mundiales, confirmación de la implicación de EEUU en viejos conflictos… todo lo que alguna vez elucubramos en inspiradoras sobremesas, sale ahora a la luz. Una iluminación tan intensa, tan cruda que, por la propia exposición, revela que Estados Unidos ya no es lo que era. La superpotencia controladora tiene quien la controla.

Ante la constatación de que los tentáculos del poder llegan hasta los últimos rincones de los estercoleros, a nosotros, minúsculos granos de arena, solo nos queda seguir haciendo cábalas. Es incuestionable la valentía y la inteligencia de Julian Assange, cerebro de Wikileaks. Pero más allá de la condición de su compromiso, podemos hacernos algunas preguntas. Sabemos a quién perjudican las filtraciones de la plataforma digital. La gran incógnita es saber a quién benefician. Necesitamos luz sobre la luz. Aunque quizá nos estamos dejando llevar por la paranoia… Esperaremos la próxima novela de Le Carré.