La mejor profesora

La Fundación Varkey otorga cada año un premio de un millón de dólares al mejor profesor del mundo, aquel que destaque por haber hecho una contribución excepcional a su profesión. Este año la ganadora se llama Hanan Al Hroub y trabaja en una escuela de Ramala. Se trata de una mujer que nació y creció en Palestina, en el campo de refugiados de Belén, y por tanto buena conocedora de lo que significa pasar la infancia en violencia. Su tarea docente consiste en intentar encontrar las herramientas necesarias para ayudar a sus alumnos a hacer frente a las circunstancias del lugar donde les ha tocado nacer. Su principal lema es No a la violencia, y su objetivo es convertir el espacio de la clase en un oasis donde se pueda respirar un poco de paz. Según la web de la fundación, «su trabajo se centra en el desarrollo de relaciones de confianza, respeto, honestidad y afecto con sus estudiantes y enfatiza la importancia de la alfabetización».

Todo ello teniendo en cuenta que estos estudiantes pueden estar gravemente traumatizados por la violencia ambiental, una violencia que también alcanzó de cerca a la propia Al Hroub cuando hace unos años dispararon a dos de sus hijas y a su marido. No puedo imaginarme el dolor y la impotencia que debe suponer saber tan vulnerables a tus seres más queridos. Pero Hanan, en vez de responder con más odio, decidió estudiar ya de adulta y dedicarse a la educación. Para los que todavía creemos que al terror no se puede responder con más terror, ni con más control indiscriminado, ni con encendidas declaraciones de nuestros responsables políticos que suben el tono hasta niveles belicosos mientras la otra mano la dan a los vendedores de armamento, para los que pensamos que la paz será siempre la respuesta aunque ahora esté desprestigiada, para todos nosotros Al Hroub es sin duda un buen referente.