AL CONTRATAQUE

El medio es el masaje

El lector debe tener claro si somos la voz de nuestro amo o los amos de nuestra voz

JORDI ÉVOLE

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La semana pasada tuvo lugar en Huesca un congreso sobre periodismo digital. Lo inauguró el responsable de la publicación 20Minutos, Arsenio Escolar. En su intervención, crítica con la relación periodismo-poder, Escolar dio a conocer un decálogo con diez puntos muy bien puestos sobre las íes. Por ejemplo, a Arsenio Escolar le siente muy mal que nos impidan preguntar en las ruedas de prensa. "No a las ruedas de prensa sin preguntas". Me sumo al no, pero me pregunto: ¿A quién hay que decir no? ¿A los políticos que impiden preguntar o a las empresas periodísticas que nos siguen enviando a ruedas de prensa sin preguntas aunque los políticos sigan sin dejarnos abrir la boca? Si se lo dices a los políticos, no te hacen caso, y si le sueltas a tu jefe que vaya su tía a la rueda de prensa, te arriesgas a que vaya su tía, que igual es periodista en paro. Y tú, igual te vas a la calle. A veces da la sensación de que el medio es el mensaje y también el masaje a los que mandan.

Publicidad opaca

¿Y por qué da la sensación de que las empresas periodísticas agachan tanto la cabeza? Leyendo el decálogo del director de 20Minutos, es muy probable que en menos minutos llegues a la conclusión de que se inclinan tanto para recoger el dinero que dejan por los suelos al periodismo. "No a la publicidad institucional opaca. Hay que conocer de dónde sale el dinero", puntualiza Escolar, quien añade: "No a las ayudas y subvenciones opacas (procedentes de ayuntamientos, diputaciones...)". En definitiva, más transparencia. Y aún hay más: "Hay que ser más transparentes con el lector acerca de la propiedad de cada medio". Así, el lector podrá tener claro si somos la voz de nuestro amo o los amos de nuestra voz. Si nos pasamos el día reclamando transparencia a los políticos, y ellos siguen disimulando, no estaría de más que nuestro sector dejara de disimular.

Y ya puestos a ser coherentes, también podríamos serlo con algunos anuncios. Otro punto del decálogo dice: "No a la prensa proxeneta. Suprimir los anuncios de prostitución". Hace poco, leí en un diario: "Cae una banda que se dedicaba a la explotación sexual de mujeres en carreteras y clubes de alterne. Las víctimas fueron captadas en Rumanía". ¿Es coherente que los medios que publican anuncios de prostitución usen la palabra "víctimas" cuando se refieren a mujeres explotadas sexualmente? ¿Se puede ser sensible en una página de sucesos y, después, pasar página, y ser insensible en la página de contactos?

El decálogo acaba así: "No más periodismo obsequioso, complaciente, opaco y engreído. Se necesita un periodismo ético, social, crítico y distante del poder". Hace poco, leí en un diario digital: "Moncloa felicita a los medios por desgastar a Podemos". Una felicitación como esa a quien desgasta es al periodismo.