Análisis

La mayoría de edad de la industria del videojuego

La Barcelona Games World es una pieza importante para estar en el mapa del sector no solo como usuarios sino como creadores

Un jugador prueba las gafas de realidad virtual Playstation VR con los Move.

Un jugador prueba las gafas de realidad virtual Playstation VR con los Move. / periodico

ALBERT MURILLO

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Hace 25 años, cuando le decías a alguien que te gustaban los videojuegos y la conversación no iba más allá, en general o eras de Mario Marioo de Sonic. Ahora la cosa se complica. La Barcelona Games World demuestra que la industria se ha hecho mayor, pero sobre todo que cada vez es más incomprensible si la vives desde fuera. A todos los que sientan que no forman parte de esta generación les recomiendo que vayan a la feria y hagan estas tres cosas: ponerse unas gafas de realidad virtual y jugar a un videojuego, ver una final de deportes electrónicos en medio del público (la sensación es muy sorprendente) y hacer una partida de pacman en alguna de las máquinas reconstruidas de los años 80 de la Retro Barcelona. Cuando salgan, seguramente empezarán a entender el porqué de este fantástico entretenimiento.

La industria del videojuego parece que ya ha pasado del hervor a cocinarse a fuego más potente en nuestro país. La llegada de la Barcelona Games World nos recuerda, de nuevo, esas frases que tan bien quedan y que dan importancia a la cantidad de dinero que mueve esta industria, sobrepasando a otras más antiguas, como la del cine. Los mismos responsables de la Barcelona Games World recordaban en rueda de prensa que una de las claves del éxito de este tipo de eventos es precisamente acercarlo a la época de la Navidad, el momento en el que la mayoría del dinero invertido vuelve multiplicado. Muchas veces nos olvidamos de quien hace posible este éxito: unos usuarios y amantes de los videojuegos con una pasión desatada, cuya atención la BGW ha sabido llamar.

Un gran escaparate

Muchos vendrán a partir de hoy a la cuarta edición de la Retro Barcelona, tienen más de 30 años y el videojuego más moderno que buscan es del año 1994. Aún conservan el Spectrum en su casa y no les interesan mucho las nuevas gafas de Playstation de Sony. Otros todavía no tienen 18 años, juegan al FIFA y al Clash Royale y seguramente verán las finales que se harán el domingo de estos juegos, pero una de sus grandes ilusiones sería llevarse un selfi con sus youtubers preferidos, estos nuevos prescriptores que, por cierto, han sido los que les han dado a conocer la feria. Después tampoco faltarán quienes les encanta mirar cómo juegan los demás. Quieren ver desde las grandes pantallas la mejor estrategia en el Call of Duty o el League of Legends y no se comprarían nunca un portátil sin una tarjeta gráfica potente y de una buena marca.

Estas marcas también estarán y vienen de Japón, Estados Unidos o Canadá, pero muy pocas de nuestra propia casa. Los organizadores aseguran que hay más de mil pantallas para jugar, un gran escaparate para estas pequeñas empresas catalanas que presentan su videojuego desarrollado por estudiantes de másteres o grados de videojuegos que también se verán en la Barcelona Games World, un evento que se convierte en una pieza importante para que el engranaje de esta industria nos coloque en el mapa no solo como usuarios sino como creadores.