El tipo de las bombas

¿Jugará Ter Stegen o Masip? El dilema tertuliano no existe en la mente de Luis Enrique. Ya aclaró ayer que hace días que tiene decidido el portero titular en Bilbao. Y comentó que la alternancia no va por competiciones, como siempre hemos creído a la vista de los precedentes, sino en función del rival. Se supone que a mayor envergadura del oponente, menos opciones para el suplente. Aunque, como decíamos, los precedentes le desmienten. El año pasado Ter Stegen jugaba unas competiciones y Claudio Bravo, otra. Quizá es un argumento de justificación anticipada ante la probable suplencia de Masip, pero eso a estas horas es pura especulación y no vale la pena incidir en ello.

Independientemente del once titular que salte al césped de San Mamés, el técnico asturiano se ha caracterizado por las decisiones conservadoras, sobre todo en lo concerniente a la cantera. De Masip aventó en su día que era un portero tan bueno y con tantas posibilidades como Bravo o Ter Stegen. Una mentira piadosa. O una demostración de respeto. O ambas cosas. Nada que reprochar , faltaría más. Pero el fichaje de Cillessen remató las posibilidades de Masip de convertirse cuanto menos en un Pinto, un Jorquera o un Arnau, por mencionar cancerberos que saborearon alguna que otra tarde la dulce sensación de sentirse futbolistas útiles.

No está clara la recompensa que produce ser un tercer portero. Ganarse el sueldo en los campos de entrenamientos y no en los estadios, ¿eso llena? La respuesta es muy personal. Seguro que Luis Enrique aprecia a Masip, al que conoce desde sus inicios como entrenador. Pero la portería no es una posición para concesiones emocionales, de las que el asturiano es tan poco inclinado. Ahí está Aleix Vidal, otra vez fuera sin misericordia, para constatarlo. Con la portería no se juega. Como dijo una vez alguien, “el portero es como el tipo que en el Ejército maneja las bombas: un error suyo y todo vuela”.